Gibraltar
DiscosPelo Mono

Gibraltar

8 / 10
Kepa Arbizu — 08-06-2020
Empresa — Everlasting Records
Género — Rock 'n' roll / Rockabilly

Muchos músicos tienen como aspiración poder visitar al menos una vez en su vida alguno de esos lugares por los que sienten una especial afectividad artística, se llamen Memphis, Liverpool o Berlín. Pelo Mono, por el contrario, han decidido con motivo de la grabación de su nuevo disco acercarse hasta Gibraltar –título también del susodicho álbum– para utilizarlo como escenario en el que retratarse. Es de suponer que el dúo compuesto por Antonio García y Pedro de Dios, de Guadalupe Plata, no considera a tal territorio su Shangri-La particular, pero desde luego sí que han encontrado en él las connotaciones necesarias para interactuar con la simiesca iconografía que maneja el proyecto.

Dejando de lado esos aspectos, que por otra parte tan bien maneja el enmascarado tándem, su esperado nuevo lanzamiento, grabado en los cada vez más afamados estudios de La Mina, cobija algunas peculiaridades, o matices, que engarzan perfectamente con lo ya ofrecido hasta el momento por la formación. Manteniendo por lo tanto ese peculiar y significativo manejo, entre lo minimalista e intrigante, del rock and roll –en su concepción más extensa– instrumental, sus nuevas composiciones se presentan bajo una condición menos turbia, siendo ejecutadas, siempre tuteladas por el sentido arenoso y misterioso que practica el combo, con un mayor grado de sutilidad.

Pertrechados siempre de esa básica estructura en la que a la habitual conexión entre guitarra y batería-percusiones se suma el uso de los más fantasmagóricos ruidos, “Blues 79” funciona como un excelente inicio, tanto por su propia calidad como por funcionar a la perfección como ejemplo del tono global conquistado por el disco. Porque si bien nos encontramos en él con la punzante y desértica guitarra de Pedro De Dios, que circula sobre una repetitiva y enigmática base sonora, igualmente sobresale el distinguido acabado. Será el comienzo de un constante coqueteo con diversos géneros que incluirá el surf-rock orientado hasta un árido espacio (“Sin rumbo”), que derivará en una ruidista adaptación del icónico “Jack The Ripper” de su admirado Link Wray; la retorcida adaptación en “Malagueña (para Jaén)” de la tradición ostentada por bandas clásicas instrumentales españolas como Los Pekenikes, o la sacudidas tropicales a las que someten el rockabilly “Mono rabioso”.

Si en ese sobresaliente deambular por diversos estilos que se podrían considerar naturales y afines al contexto rockandrollero ya se cuela alguna sorprendente pirueta como trasladar el ánimo eléctrico hasta las filigranas melódicas de Erik Satie (“Gnosienne”), con la llegada del último tramo del trabajo se acumularán, conscientemente o no, una serie de ejercicios en los que dejará de predominar la faceta más rugosa. Así, la cálida melodía mediterránea, depositada entre sal y evocación, de “Frío verano” es el salvoconducto idóneo para emplazarnos hasta la canción italiana ”E como Roma”, en la que nos topamos además con la novedad de ser interpretada por la voz de Tito Ramírez, o el colofón puesto por “Oh Bob!”, que se distingue por su aliento nostálgico.

Si no fuera por las distintas apariciones en directo que han ido ofreciendo durante los últimos tiempos, podríamos haber llegado a la conclusión de que Pelo Mono habían elegido permanecer escondidos en la profunda selva. Por suerte, han regresado finalmente en formato disco, y lo han hecho envueltos en su esencia misteriosa y orgánica pero decididos a su vez a corroborar lo ya intuido, y es que bajo ese innato impulso desafiante y crudo que dirige esta comunión artística también se esconde un latido elegante y refinado.

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