Giant

Cuando un disco tiene todo lo que te gusta no puede uno más que rendirse a la evidencia: ese disco es Dios. Herman Dune llevan publicando ese disco unos cuantos años, bien jugando a ser The Velvet Underground, los reyes del antifolk o el cruce perfecto entre los medios tiempos de Beat Happening y los hits de la Motown.

Así hasta llegar a “Giant”, cincuenta y cinco minutos de gloria en los que se hacen acompañar de sección de vientos, de los coros celestiales (las maravillosas Woo-Woos, es decir, Lisa Li-Lund y las Babyskins) que ya asomaban la cabeza en “Not On Top” y en el disco de David-Ivar con Lisa Li-Lund, “Novascotia Runs For Gold” (una pequeña obra maestra, para quien quiera buscarlo), donde suenan sin parar ukelele y bongos y la voz de los dos hermanos se confunde casi siempre con una sola, cada día más parecida al mismísimo Phil Ochs. Y por si fuera poco, no sólo dibujan sus portadas y dedican canciones a sus amigos, sino que hacen perfectos himnos de soul como “I Wish That I Could See You Soon” o “Take Him Back To New York City” (las dos canciones más bonitas, inspiradoras y rompecorazones que servidor ha escuchado en tiempo), y nos hacen pensar en el Jonathan Richman de “Back In Your Life”, en el Paul Simon pre-“Graceland”, en Phil Spector, Bob Dylan (“Nickel Chrome” es clavadita a ratos a “I Shall Be Released”), la serie Ethiopiques (la instrumental “Baby Bigger”), David Berman y mil más para acabar sonando siempre a ellos mismos. Lo más grande, vamos.