A través de este nuevo "Dark Days And Canapés" el londinense Ghostpoet -que consiguió un aplauso unánime con sus tres discos anteriores en los que sinergiaba de forma sensible, arty y concienciado el hip-pop con el soul y el spoken word- ahora se adentra en paisajes sonoros más trabajados en lo instrumental, en los que la emoción y la intensidad de su propuesta musical, y lírica se torna inquieta y, a veces, felizmente claustrofóbica. Como en anteriores entregas -sobre todo en el celebradísimo "Shedding Skin" de 2015- Obaro Ejimiwe vuelve a entregarnos un trabajo mutante, bello, intimísimo y parido en el mismo centro de la ciudad que emerge, a diario, en su privilegiada mente. Recoger el dramático pálpito de la urbe -y de la vida- y convertirlo en un canto de cisne es algo que continúa bordando este raro trovador moderno que tiene la capacidad de no decepcionar, al menos hasta el momento.
Si hablamos de temas concretos, vamos a destacar la oscuridad taciturna de "Many Moods At Midnight" -con piano y guitarra-; la suave melancolía jazzy que destila "Blind As A Bat"; la abstracción quebradiza y pop de "End Times" y, finalmente, el quedón hip-pop de "Freak Show", elegido como single por razones obvias. La única pega que se le puede poner a este notable "Dark Days And Canapés" es que, quizá, el tono del disco resulta algo monótono, hasta plano; pero no debe de ser un problema a la hora de entender y disfrutar del bello vs. bizarrro imaginario sonoro de este genio inglés de la mejor contemporaneidad musical. ¡Y a mí que me recuerda al gran Matt Johnson de los míticos The The!.
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