Coldplay dan un giro de ciento ochenta grados en "Ghost Stories" con respecto al sinsentido mayúsculo que supuso su anterior entrega, “Mylo Xyloto” (Parlophone, 11), cambiando la ininteligible grandilocuencia de hace tres años por la delicadeza teñida de electrónica presente en la práctica totalidad (eviten la insufrible “A Sky Full Of Stars”) del que es su sexto disco de estudio.
El resultado rememora moderadamente las emociones propiciadas por el primer e insuperado álbum del grupo, “Parachutes” (Parlophone, 00), al tiempo que evidencia que éste ha escuchado a conciencia a artistas como Bon Iver o James Blake. Todo un alivio comprobar el cambio de sentido decidido por Chris Martin y compañía, a pesar de que la (nueva) apuesta por la sensibilidad resulte intermitente con una credibilidad artística que llega tocada de atrás. Sobre todo porque, aun partiendo de sus orígenes, el cuarteto es incapaz de renunciar definitivamente a la ostentosidad y en ocasiones opta por apoyarse en sobreproducción e innecesaria pomposidad.
En cualquier caso, el regreso del cuarteto londinense con "Ghost Stories" deja sensaciones positivas y supone una buena noticia atendiendo a los precedentes, sobre todo para aquellos aficionados que disfrutaron en su momento con la esencia original de la formación.
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