Ghost son más listos que el diablo. Bien, algunos, empezando por ellos mismos, dirán que son sus directos emisarios. En cualquier caso, la teatralizada dominación mundial que pregonan no vendrá por la vía de las más brutales y extremas cacofonías black, death o grind. No, señores. El mal nos cautivará, aunque sospecho que lo ha hecho ya, con un atractivo envoltorio y unas sonoridades dulces y balsámicas que nos hipnotizarán convirtiéndonos a su tentador culto. Esa es precisamente la “estrategia” sonora de Ghost, una de las rarezas más populares e inspiradas surgidas del underground metálico en la última década y que ha llegado rápidamente a los circuitos mainstream -en Europa, claro está; en nuestro país continua siendo impensable escucharles en una radio generalista, ya saben-.
Sus principales armas son conocidas y continuan ahondando en una magnética y pegadiza mezcla de acentuadas melodías pop, metálicas guitarras retro y una poderosa imaginería que en este tercer disco se nos presenta con una imponente portada deudora del universo de "Metropolis”, el clásico de Fritz Lang. La ciencia ficción también está presente en la introducción del disco, fragmento que podría figurar en una añeja producción de Ed Wood y que nos adentra en el universo irreal y fantástico de “Meliora”, distopía de las buenas que nos aboca a un mundo al borde del abismo con masas aferrándose e idolatrando a una cruel autoridad. ¿Les suena? Una historia clásica que los suecos moldean con mano maestra remando hacia su terreno y desplegando sus cuidados versos blasfemos no exentos de ironía. Musicalmente, el disco es mucho más directo que su antecesor, “Infestissumam”, con las guitarras tomando el relevo a la voz como columna vertebral de las canciones; es el caso de piezas que ansiamos ver en directo -y en club, por fin, el próximo otoño-, como “Majesty”, el primer single “Cirice” o “Mummy Dust” y sus riffs deudores de los primeros Metallica.
Una lectura rápida podría hacernos pensar en “Meliora” como una reacción a su anterior material, el EP “If You Have Ghost”, donde versionaban a grandes nombres del pop como ABBA o Depeche Mode. Sin embargo, la banda tampoco renuncia a su faceta más luminosa: su gran logro, aquí, pasa por haber conseguido aunar mejor que nunca sus conocidas dos caras, la más cruda y oscura de su debut “Opus Eponymous”, y la más etérea y melódica del citado “Infestissumam”. Ello hace posible que convivan sin estridencias en un mismo álbum la excelsa “Absolution”, estructurada en torno a su mejor riff desde “Ritual”, y la inabarcable y luminosa balada “He Is”. Metal, pop, horror y ciencia ficción en un cóctel único e irresistible que, entréguense sin miedo a la epifanía, suena a la mejor banda sonora posible de un mundo en llamas.
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