Hyperion
DiscosGesaffelstein

Hyperion

7 / 10
Fernando Fuentes — 21-03-2019
Empresa — Columbia
Género — Electrónica

Contra algunos pronósticos, este ‘Hyperion’ no pasará a la historia como punto de inflexión de nada, ni para nadie. Como su propio autor -léase, Gesaffelstein- si sigue empeñado en seguir por esta senda musical -y, sobre todo, empresarial- en la que parece preocuparle más con quién, que el qué.

Este talentoso y joven músico francés -uno de los productores emergentes elegidos para la gloria de aquel monumental ‘Yeezus del icónico Kanye West- acaba de sacar a la calle uno de los álbumes que mejor se oyen de toda la historia musical. Es una absoluta barbaridad. Todo en su sitio, impoluta mezcla y prístino sonido de muchísimos quilates. La lástima es que el contenido -la chicha, lo que realmente cuenta- no está tan a la altura de tal locurón y despliegue técnico. Mucho ruido fino, pero pocas nueces deliciosas. Seguramente el problema del ambicioso Mike Lévy -al menos en esta entrega- es que quiere abarcar mucho y así aprieta poco.

El resultado es que temas sobresalientes -haberlos haylos- conviven con otros que no rasparían el aprobado. Lo que sí es innegable es que en todo este trabajo campa una sofisticación inherente -a mitad de camino entre el mainstream y lo underground- que lo empapa todo -de principio a fin- desde su seminal pop hasta el suave regusto technoide que exhala, aunque menos que en anteriores entregas, caso de aquel celebrado ‘Aleph’ del 2013, que lo puso en el mapa.

A la hora de escoger, entre los diez cortes de este ‘Hyperion’, destacaríamos el extenso, arpegiado y sci-fi tema homónimo que abre el disco, que sirve como tributo a su paisano, el maestro Jean Michel Jarre; la suave oscuridad electrosa, cuasi ladytronista, de ese ‘Forever’ que firma junto al maestro galo The Hacker y los canadienses Electric Youth; el elegante pop, retro-soulero y sintetizado de ‘Blass Off’ con el estratosférico Pharrell Williams en lo vocal con ínfulas para convertirse en un hit planetario, pasto de radiofórmulas y probadores de Inditex. Le pasa lo mismo a ese hiper-cool ‘Lost in the fire’ en el que canta The Weeknd, otro marciano que le devuelve el favor. Solo cuando se pone experimental, raro y borde, como en el caso de ‘Vortex’, o melancólico y ambiental - ‘Humanity Gone’ y ‘Ever Now’- todo parece elevarse hasta esa cota soñada, excelsa y hasta, en este caso, exigible. Nada, seguimos sin recambio real para Daft Punk.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.