Tras un primer larga duración aplaudido por la crítica, pero que no encontró gran respuesta entre el público, Georgia se embarcó en un tremendo viaje emocional ahogado en alcohol y enormes crisis. Sus padres se separaron, las altas expectativas de alcanzar el éxito la superaron y acabó totalmente perdida. Sin embargo, descubrió algo muy importante y es que la música siempre estará de su lado. Que en ella, pase lo que pase, tendrá una especie de vía de escape para atar todos sus miedos y darle sentido a la vida. Y es aquí donde entra en juego “Seeking Thrills”, un segundo álbum de estudio en el que plasma sus ganas de bailar y redefine la identidad que construyó en su debut. Su necesidad de respirar a través de la percusión y los sintetizadores.
Grabado en el estudio construido en su jardín, el disco reúne todos los géneros y estilos que más han marcado a Georgia en su corta carrera colocando el house y el disco como líderes absolutos. “Seeking Thrills” exhala vitalidad, frescura, nocturnidad, humanidad. Y, como ocurre en la sesión DJ de cualquier gran fiesta, Georgia inicia este nuevo proyecto a lo grande. “Started Out” es la perfecta entrada a la pista de baile con una predisposición a desmelarse por completo. Su adictiva línea de bajo nos recuerda a aquel “Fade” de Kanye West que puso a sudar a Teyana Taylor de una forma brillante. Y claro, no es casualidad ya que entre los productores del nuevo álbum de Georgia se encuentra Sean Oakley, colaborador del rapero. Un inicio ochentero que sitúa el álbum en las alturas y que le obliga a ir descendiendo poco a poco hasta un lugar más sereno.
“About Work The Dancefloor” se presenta dispuesta a continuar con la fiesta. Con unos pegadizos beats houseros, este tema se convierte en un auténtico caramelito que gusta a todos los públicos. El subidón sigue intacto con un fantástico corte de electro-pop ochentero que te inyecta en tu cabeza la frase “I was just thinking about work the dancefloor” y no te deja que la sueltes. Junto a Georgia, Mark Ralph (Clean Bandit, Jax Jones, Friendly Fires, Years And Years) firma la producción de este tema, y muchos otros del disco, convirtiéndose en el culpable de que la mayoría de las piezas de la nueva etapa de la artista encajen a la perfección y el resultado sea óptimo. Y como citábamos al principio, llega un punto en el que la energía del álbum se transforma por completo. No existe el ser humano que aguante una rave con la misma predisposición de principio a fin. Así que a Georgia le pasa algo parecido en “Seeking Thrills”. Con “Mellow”, los sintetizadores se llenan de oscuridad, y hasta angustia, poco a poco comienza a volverse un álbum más vulnerable y a tratar temas algo más trascendentes. “Honey Dripping Sky” es una fantástica electro-balada, con cierto apoyo orquestal, en la que la británica abre su corazón y presume de voz. En “Till I Own It” se sincera y habla de su amor-odio hacia el Londres actual y su aburguesamiento. Explicando que, en ocasiones, cree que ya no encaja en esa ciudad que tanto adora. Con “Ray Guns” (el tema que sigue más la herencia de M.I.A. que inició con su debut homónimo) presenta a un poderoso ejército de mujeres dispuestas a luchar por sus derechos cueste lo que cueste (“Now we come together, love to love forever and set it all of in perfect harmony”). Y en “Feel It” da un salto más allá hacia un sonido más metálico y futurista que podría interpretarse como un guiño a la evolución sonora de la carrera de Georgia en los próximos años.
Sintetizadores analógicos, la filosofía del DIY en vena, una esencia más pop y una conexión casi inhumana con la batería (recordemos su actuación en el FIB de 2016 dejándose la piel sobre el escenario o su ya icónico paso por el Glastonbury del pasado año). Hasta la fecha, Georgia no ha hecho más que demostrar un enorme talento a la hora de crecer en la industria. La británica ha explicado en numerosas ocasiones su necesidad de análisis y profundización en los géneros que trabaja antes de llevarlos a su terreno. Y por lo pronto, los resultados con “Seeking Thrills” son más que positivos. Ya que por fin ha conseguido algo que le fue imposible con su primer disco: alcanzar un par de himnos dignos de permanecer en el imaginario de todos para siempre.
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