The New Sound

A finales de la pasada década, allá por 2017-2018, las bandas inglesas Black Midi y Black Country, New Road daban sus primeros pasos firmes en la música con extraordinarios artistas en sus filas que ni siquiera superaban los 20 años de media. Lo que parecía un bonito resurgir del rock más loco y artístico, en el que también se podrían incluir meter a Squid o Maruja, empezó a quebrarse con la salida en 2022 de Isaac Wood de Black Country, New Road por problemas mentales y con la ruptura, en principio temporal, de Black Midi aunciada este mismo 2024.

Todo lo dicho, y que entre 2020 y 2022 no hubo demasiado movimiento en la industria musical en directo, hizo que la cosa resultase más efímera de lo deseado. Pero no hay mal que por bien no venga, y es que Black Country, New Road decidieron seguir con lo puesto y el cerebro incontinente de Black Midi llamado Geordie Greep no ha parado ni para tomar aliento dando el pistoletazo de salida a su carrera en solitario casi en el mismo momento que se anunciaba el parón de su anterior banda. El londinense, nacido un verano de 1999, llega con “The New Sound”, un disco debut desafiante de once canciones que sobrepasa la hora de duración y que parece haber sido ideado por un genio perturbado.

“The New Sound” es realmente una continuación de los enrevesados Black Midi llevada a otro nivel de eclecticismo con una fusión vanguardista y a lo bruto de rock progresivo, música popular brasileña (parte del álbum fue grabado en São Paulo con músicos callejeros escogidos casi al azar), jazz e incluso tango. Casi todo lo que te puedas imaginar de una persona influida tanto por Stravinsky y Alfred Schnittke como por Frank Zappa, los japoneses Boredoms, Astor Piazzolla, Rubén Blades, Frank Sinatra, King Crimson, Milton Nascimento o el cine de Kenji Mizoguchi o Stanley Kwan, entre otras tantas cosas, lo tienes en este disco. Puede parecer una ida de olla -y realmente lo es-, pero solamente hace falta esperar unos segundos desde que le das al play hasta que te percatas de que esto es de esas cosas únicas con las que te tropiezas muy esporádicamente.

Es habitual que en discos de estas características técnicas se deje un poco de lado la lírica, pero “The New Sound” se ha perfeccionado todo de principio a fin en, parece, un tiempo récord. Y es tan enfermizo y digno de una mente superdotada que hasta llega a irritar por momentos. Esa crítica hacia la masculinidad moderna, la narración nerviosa de sucesos surrealistas, el humor negro, o los personajes inventados casi sobre la marcha con el fin de desconcertar hacen de este trabajo una obra magna detrás de una portada que parece referenciar al pintor Toshio Saeki, si a este se le diese por trabajar con el Paint de Windows con un contenido musical que, poniéndonos tontos, puede evocar de forma pícara a un cuadro de Salvador Dalí colocado de MDPV.

La apertura con un riff matemático asquerosamente técnico en “Blues”, canción escupida a 200km/h que va sobre un tipejo inseguro que se las da de macho culto y semental de esos "capaces" de eyacular con la fuerza de una estampida de caballos y que realmente está más solo que la una, la más relajada, tropicalista y jazzera aparentemente influenciada por Steely Dan “Terra”, la energética y caótica con dejes funk y salseros totalmente bailables que habla básicamente de esos tíos que se chulean del resto porque follan como bestias (pagando) y presumen de ello “Holy, Holy” (probablemente lo mejor de este disco) o la instrumental, homónima y febril “The New Sound”, que casi parece concebida como una BSO de jazz fusion reimaginada para un Mario Kart, componen el primer tercio de esta larga creación llena de tonalidades.

En “Walk Up” encontramos el primer reciclaje de este disco, un corte originalmente llamado “Lumps” que Greep ya estrenó con Black Midi en directo hace unos tres años. Aunque cuenta con diferencias con respecto a su antecesora, su núcleo es reconocible y vuelve a recuperar un poco el rollo de Steely Dan con una outro country que muestra una vez más la variedad y teatralidad de esta locura que prosigue con la calurosa “Through A War”, una canción tropical con una letra loquísima que hace símiles del amor con ocurrentes disparates como un hombre hervido vivo, una mujer dando a luz a una cabra o una ETS. ¿El sentido de esto? A saber, pero la diversión es infinita.

Tras ese interludio marchoso titulado “Bongo Season” que ni da ni quita, nos adentramos en el largo tramo final con “Motorbike”, que sigue el camino de degradación del desquiciado mujeriego que ya presentamos sobre una música compleja y psicodélica a través de la voz del excolaborador de Black Midi y teclista de HMLTD Seth Evans, que también ejerce de productor en el disco. Esta pista nació en el seno de la exbanda de Geordie, igual que la penúltima y más extensa “The Magician”, donde el espíritu completo de este disco se compacta con la fórmula de combinar la tranquilidad con el más absoluto degenere y caos.

El cierre de la ensoñación surrealista que es “The New Sound” llega con “If You Are But A Dream”, una canción melódica que no recuerda por casualidad a Frank Sinatra y las interpretaciones de jazz vocal de comienzos del siglo XX -ya que es precisamente una versión amañada de un tema de los años 40- que hace pensar si todo este viaje no es más que un genial sueño empapado en ácido de un hombre de a pie que se acaba convirtiendo en una pesadilla hedonista donde todo es válido.

“The New Sound” es difícil de categorizar y parece un desafío constante por ese juego de influencias y progresiones poco convencionales y experimentales unido a una cruda crítica llena de humor negro. Una especie de ego trip del músico Geordie Greep, que busca explorar nuevos caminos a partir de un terreno ya pisado. Aunque peque por momentos de pedantería y parezca saturar con ese virtuosismo incesante que anhela a veces algo de sencillez, no quita que todo sea de sobresaliente, divertido y bien conectado. Será uno de los discos más importantes de 2024, de eso no hay duda.