Struggler

Había cierta curiosidad por saber cómo se manejaría Kofi Owusu-Ansah –aka Genesis Owusu– en el que habitualmente suele ser complicado segundo álbum para cualquier artista, después de aquella llamada de atención difícil de ignorar que fue “Smiling With No Teeth” (House Anxiety, 21) hace algo más de dos años a través de composiciones como Don't Need You”, “The Other Black Dog” o “Gold Chains”. Sin embargo, cualquier tipo de duda desaparece de un plumazo y sin dejar rastro al escuchar (y disfrutar) la presente continuación de título “Struggler”, quizá menos arriesgado que su predecesor, pero ampliamente jugoso en contenido.

El ghanés-australiano se muestra intratable en once canciones que entremezclan –con una abrasiva seguridad que resulta determinante en el triunfo– rap, indie-pop, querencias setenteras de discoteca, soul y, sobre todo, generosas dosis de funky con influencias de Prince. Esa mezcolanza que Owusu saca adelante con chulería y confianza ciega es, en realidad, el principal activo creativo (y también distintivo) del músico, que presenta su mixtura de géneros empastada en una selección que cuenta con mayoría de piezas inesquivables. “Struggle” se reparte entre canciones agresivas y seductoras, sumando de paso no pocos singles potenciales que se clavan en la psique del oyente.

Sucede desde la inicial “Leaving The Light”, en la que (casi) se acerca a ese tipo de post-punk que manejan Sleaford Mods, mientras que la sombra del Príncipe de Minneapolis cae en vertical sobre temas como “See Ya There” o “Tied Up!”. Entre otras dianas evidentes se incluyen “The Roach”, “The Old Man”, la juguetona “Freak Boy” o “That's Life (A Swamp)”, mientras que la bola de espejos gira en plena pista de baile con el falsete de “That's Life (A Swamp)”. El artista violenta formas conscientemente en “Balthazar” y, sobre todo, en ese directo a la mandíbula que es la adictiva “Stay Blessed”, en pleno contraste con la calma sentida de “Stuck To The Fan” cerrando el notable elepé.

“Struggle” es, en definitiva, un álbum ciertamente atractivo, que no solo evita decepcionar tras las expectativas generadas por Owusu en base a su ópera prima, si no que confirma el foco de interés sobre el músico de origen africano. Su nombre se antoja, de hecho, como uno de esos de obligado seguimiento, en una lista que incluye a colegas de profesión y coordenadas como Fantastic Negrito, Thunderbitch, Grove o incluso Curtis Harding. Si bien podría resultar que fuese poseedor de un especial recorrido estilístico, lo que potenciaría su atractivo y multiplicarían opciones a cristalizar en entregas venideras.