Dice Gary Louris que este es el disco más romántico que ha hecho. También asegura que es el más íntimo. Todo eso se debe a que lo escribió después de mudarse con su nueva esposa a un pequeño pueblo a las afueras de Montreal, y ella fue su inspiración. Por eso lo considera casi una carta de amor. Aunque puestos a ponernos en los extremos y a tirar de la formula “el más…”, también podemos afirmar que es el más flojo que ha hecho. Tanto sumando su carrera en los Jayhawks como en solitario. Y eso que tampoco es que su carrera al margen de su banda haya sido especialmente destacable, no llegando nunca al excelente, pero aquí va de aprobado raspado.
Disco pequeño, desde su concepción, con poca instrumentación, no es eso lo que hace que le veamos evidentes carencias, sino que son las canciones las que fallan. Está bien lo de llevarse a colegas como Stephen McCarthy (The Long Ryders) para tocar la pedal steel o a Eleanor Whitmore de The Mastersons para arreglar y tocar en “By your side”, pero si las composiciones flaquean todo cae como un castillo de naipes. Quizá la citada intervención de Whitmore se produce en el tema más destacado del disco junto a la inicial “Getting older”, pero temas como “Day without you” o “Living in my phone” se me antojan demasiado insustanciales como para estar firmados por uno de los grandes compositores de la música norteamericana de este siglo y finales del anterior. Al menos, a su esposa Steph, le habrá encantado, imagino.
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