Tras su paso por la anterior edición del Festival Primavera Sound muchos tomamos nota de este angelino amante del pop afable multigenérico. Davenport defiende los arreglos delicados, entona voces suavemente penetrantes y maneja guitarras veraniegas que anticipan veranos infinitos.
Anclado en la tradición americana de carácter indie alt-country, el ex líder de The Loved Ones y Kinetics bebe sin problemas de los maestros y ofrece un disco poliédrico que derrocha talento por todos y cada uno de sus surcos. John Erickson (Moore Brothers, Preston School Of Industry) produce este segundo disco de Davenport, de ecos deliberadamente retros y homenajes declarados, enmarañándolo todo de saxos, vibráfonos y edulcoradas voces que se alejan lo más posible de la posproducción.
¿Qué importa si el fantasma de James Taylor asoma las melenas ó la infancia recuperada del último Josh Rouse bendice parte del álbum? Y también Gilbert O´Sullivan, Neil Young vía “Harvest” o Love podrían haber compuesto la mayor parte de las joyas que aquí se presentan orgánicas, cristalinas, prodigiosas. ¿Es necesario que Belle & Sebastian se declaren fans incondicionales? No, aunque que sepamos ya lo han hecho.
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