La canadiense Martina Sorbara quiso dar con “Galore”, debut de Dragonette, un golpe de timón importante a sus primeros pasos musicales a lo Eleanor McEvoy, Sarah McLachlan y Jewel, claros ejemplos del adult alternative pop evocados en “The Cure For Bad Deeds” (Little Big Music, 02).
Formados en Toronto hace un par de años, el cuarteto Dragonette entregó, después del Ep “Jesus Doesn’t Love Me” su primer single –y, por el momento, dardo más acertado– “I Get Around”, tema de electro-pop sucio y provocador donde Sorbara declara su voluntad de escaquearse siempre que puede y confiesa sus aptitudes para la contradicción. En “Galore” estas dos características abundan: en “Competition” huye de la insinuación discotequera en un estribillo escuchado cien veces al día en las radiofórmulas habituales; en “Take It Like A Man” mezcla beats con un aire a los Catatonia menos efectivos; y si en “True Believer” el pop enérgico hacer remontar el vuelo del disco, a partir de “Another Day” –y con la sola excepción de “Get Lucky”–, las canciones se van volviendo cada vez más previsibles, y acaban dando la razón a su padre, el líder conservador canadiense Greg Sorbara, que descalifica la nueva etapa musical de su hija porque está demasiada enfocada a lo que, teóricamente, debería gustar a las grandes audiencias.
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