Viaje a Roma

"Viaje a Roma" es la primera referencia de Galerna y el título no puede ser más explícito, pues sus doce canciones narran la travesía que lleva a los protagonistas del álbum desde Bilbao hasta la capital italiana. Concebido como una novela cantada, cada uno de los cortes sería un capítulo, con su hilo argumental perfectamente trazado. Melodías melancólicas, instrumentación electro acústica, una voz con personalidad y un sonido bastante clásico, en la línea del de sus paisanos de McEnroe, a quienes podríamos citar como una de sus más reconocibles influencias, además de mentores y amigos, pues han compartido escenario en varias ocasiones.

El álbum se abre con la canónica La razón, en la que Mario marca terreno y se permite algunas inflexiones a lo Morrissey, aunque adaptándolas perfectamente a su timbre de voz. La canción funciona también como introducción argumental de la obra, y ya en la siguiente, Bilbao - Florencia, se inicia el viaje que llevará a sus protagonistas hasta la ciudad eterna. Los vizcaínos avanzan por su ruta con suavidad, con un tono musicalmente lánguido sobre el que cobran importancia los textos y la historia. Prevalecen casi siempre las guitarras limpias y la elegancia del piano. A veces aceleran el paso, como hacen en el ritmo trotón de Entrada en Roma, pero la mayor parte de las veces se decantan por los medios tiempos evocadores.

Se trata de un disco largo de minutaje (doce canciones, sesenta y cinco minutos), toda una anomalía en estos tiempos de escuchas fugaces. Aunque el grupo puede presumir de un estilo muy característico, también tiene sus recursos para ofrecer variedad sin perder coherencia: así, Vía Merulana comienza con una sugerente desnudez instrumental, mientras que Cena en Luzzi suena mucho más rotunda. Muriola, la canción que, con sus seis minutos y medio, cierra el álbum y le sirve de desenlace, podría ser un buen resumen musical y conceptual de lo que Galerna parece creer ofrecer en este debut. “Veo en lo inútil la belleza”, cantan en este último corte. Bienvenidos sean siempre todos aquellos que buscan la belleza; sobre todo cuando, como es el caso, logran encontrarla y mostrársela a los demás.