El conjunto alicantino Futuro Terror regresa al sello que les vio nacer, Humo, con un cuarto trabajo repleto de temas punzantes de intenso sabor post-punk. "Sangre" es un disco crítico que sabe fusionar la furia sonora con un análisis lírico encofrado en la postmodernidad.
Hacía unos años que Futuro Terror no nos sorprendía con nuevo material. Tras un impresionante debut homónimo en 2014 con el que estructuraban un estilo marcado por el punk tardío y una estética sonora narrada en escala de grises, y varios trabajos sucedidos en muy poco tiempo, Futuro Terror vuelve a la carga con "Sangre" (Humo 2020), diez canciones en las que podemos comprobar una lograda madurez tanto desde la perspectiva compositiva como en la ejecutiva.
"Sangre" comienza su discurso con un tema cuyo título define a la perfección el clima preponderante en todo el disco, “Frío”. Evoca ese sonido típico que cabalga entre el existencialismo y la rabia tardo adolescente, presente en bandas de los ochenta como Décima Víctima o los primeros Gabinete Caligari, allá por la época de Tres Cipreses. Sorprende el encomiable equilibrio que se logra crear entre unas letras que auguran un ineluctable decadentismo y el tremendo armazón instrumental que las viste de forma desafiante.
Si bien es cierto que el conjunto ha dulcificado su sonido con respecto a sus anteriores propuestas editoriales, lo cierto es que esta evolución les ha sentado estupendamente, ya que saben combinar canciones punzantes y frenéticas con otras mucho más analíticas y pausadas. El resultado de esta fórmula es un disco muy dinámico que se deja escuchar con facilidad y que engancha al instante. Altamente recomendables para amantes de combos del punk clásico como Crisis, o más actual, como los franceses Frustration o Eagulls.
Otro aspecto a destacar dentro del corpus de este último disco es la inclusión de un nuevo miembro al conjunto, Óscar Mezquita, baterista militante en agrupaciones como Zanussi o Cuello, se ha establecido de forma permanente dentro de las filas del conjunto. Un acertado fichaje que deja su firma en unos impresionantes juegos de percusión que robustecen el alma de un LP impecable. Y es que temas como “Territorio Devastado”, “Qué Hacer” o “Mañana”, merecen cuanto menos un acalorado aplauso. El contexto conceptual de los textos que pueblan la gran mayoría de los cortes vuelve a centrarse en el hermetismo estalinista, apostando por una crítica hacia la globalización, a la vez de encargarse de preconizar la inexorable asfixia de un mundo cansado de rotar.
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