I Never Liked You

Quizá lo más difícil del trabajo del crítico cultural sea reseñar trabajos tardíos de leyendas que ya pasaron su mejor momento. Future es uno de los artistas más influyentes de la escena hip hop norteamericana (y por tanto mundial) de la última década. Sin él no existirían ni Bad Bunny ni Yung Beef, por poner dos ejemplos conocidos por todos que han evolucionado de forma dispar. Future fue el protagonista de la universalización y mainstreamización del trap, llegando a cotas de popularidad inimaginables. Sus álbumes y mixtapes hasta 2016 –hasta “Purple Reign” en mayor medida y “EVOL”, en menor– son clásicos que no solo ayudaron a definir un sonido, también los códigos, los motivos, la forma de vestir y de interpretar, y hasta de vivir, de docenas de artistas de todo el globo. El peak que supusieron “56 Nights”, “DS2” o “WATTBA” solo está a la altura de los mejores de todos los tiempos; con un añadido de dificultad: Future lo hizo creando el género y llevándolo a sus cotas más altas. El trap tiene un padrino y es él.

Dicho todo esto, la caída de calidad de los proyectos de Future en los últimos cinco años está relativamente justificada, pero no deja, por eso, de ser tan dolorosa. Sus últimos trabajos, incluido el doblete con el que logró ser número uno en Billboard dos semanas seguidas con dos álbumes distintos en su primera semana en la calle, “HNDRXX” y “FUTURE”, no han recuperado la frescura, la agresividad y esa magia inexplicable que poseía. Apunto un posible motivo: su conexión con Metroboomin, Southside y Dj Esco no ha vuelto a ser lo que era en términos de calidad, pero también de cantidad.

Del mismo modo que otros artistas amigos como Young Thug (con quien ha grabado varios trabajos) no han alcanzado las cotas de Future pero han sabido llevar su música a otros lugares (“Punk”, del propio Young Thug, es un ejemplo claro), Future ha seguido haciendo suyo el trap más ortodoxo. En este sentido, “I Never Liked You”, que es el trabajo que aquí nos ocupa, es evidentemente superior a sus antecesores inmediatos, pero inferior a sus antecesores primigenios. Estamos ante un álbum que recupera casi totalmente al Future que se descubrió ante el mundo en todo su esplendor pasando de traficar con crack en Atlanta a colaborar con los artistas más grandes del mundo en igualdad de condiciones. Falta por recuperar lo imposible, volver a ser el mejor y el creador de algo nuevo al mismo tiempo.

Aún así, nos encontramos con las mejores interpretaciones de Future en los últimos tiempos. “Poofin On Zootiez”, “Gold Stacks” o “Love You Better” están entre sus mejores interpretaciones de siempre, y ha conseguido volver a elegir unas producciones que sacan lo mejor de sí mismo y que empujan al oyente una y otra vez a toda velocidad, le sacuden y le hacen recordar por qué el trap es lo mejor que le ha pasado al hip hop en la última década. Mención aparte merece escuchar a Future y a Drake juntos otra vez en “Wait For U” y “I’m On One”, recordando aquel “WATTBA” que sigue resultando brillante a día de hoy.

Sentimientos agridulces embargan al oyente veterano de Future con este trabajo, pero la escucha atenta, sin embargo, merece la pena. La mayoría de las propuestas de los jóvenes aspirantes a destronar a Future no le llegan a la suela. Quizá ese sea el motivo de la mundanización de lo que antes fue excelso: sin herederos luchando por el trono, uno se acomoda demasiado.

Siguiendo la cada vez más habitual dinámica de lanzar un álbum para inmediatamente después relanzar la edición deluxe (lo hemos visto hace una semana con “It’s Almost Dry” de Pusha T), Future convoca para el doble álbum a muchos de los jóvenes aspirantes de los que hablamos. Los buenos, se sobreentiende, están en la original, los únicos capaces de compartir pista con el pope Future. Los demás evidencian en esta segunda vuelta su condición de segundones (con la excepción de Lil Durk). Future vuelve con “I Never Liked You” pero a nosotros, ay, sí que nos gustaba desde el principio.