El atávico –y a menudo irracional– poder de los himnos recorre las canciones de Fuerza nueva, el provocador proyecto que reúne a Los Planetas y Francisco Contreras, más conocido artísticamente como Niño de Elche. En él la música ejerce como elemento central, aunque el despliegue resulta más eficaz (y mejor explicado) cuando aparecen también los vídeos de Andrés Duque, las ilustraciones de Javier Aramburu y los textos de Pedro G. Romero, cómplice habitual del autor de "Voces del extremo" (15).
La revisión ya conocida del himno de Andalucía ("Santo Dios"), recuperando el canto religioso popular que escuchó Blas Infante en época de siega, abre el disco como si se tratara de una misa flamenca, dentro de una liturgia en donde la colisión ‘planetaria’ deviene en un space-rock más planeador que tormentoso. Hay algún tema, como "Los campanilleros", que si nos dicen, doce años después, que habían formado parte de las sesiones de "La leyenda del espacio" (07), nos lo podríamos creer sin mayor problema. Y hay otros que de verdad dan la medida de esta confluencia, como ocurre con "La cruz", acercándose a "La saeta" de Antonio Machado a través de un inesperado atajo vía Prince ("The Cross"), la cautivadora monotonía de "Mariana" o "El novio de la muerte", haciendo del himno de la Legión una canción pop de amor romántico en la que el juego de voces (de timbres tan diferentes y difíciles de ensamblar) funciona más allá de la simple suma de marcas.
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