Cuatro años después y tras cambiar de sello, Fucked Up renacen con uno de esos álbumes que intimidan a priori. Disco doble y un cóctel de influencias que hace palidecer al triple "Sandinista" de The Clash. Los británicos demostraron que la actitud punk no tenía por qué enclaustrarse en fórmulas o purismos impermeables. Dicho esto, dos grandes peligros amenazan discos como éste. El primero, mearse fuera del tiesto. Y el segundo, que la mitad del material se quede en puro relleno. Nada de esto sucede en el disco de los canadienses. Pasan del hardcore al kraut, de la psicodelia al indie y de la electrónica oscura a Madchester con una soltura pasmosa y personalidad, sin que se vean las costuras. Los alaridos de Damian Abraham se complementan perfectamente con un nutrido grupo de colaboradores.
Calificado como su "Screamadelica" particular "Dose Your Dreams" está más en cerca de las óperas rock de The Who, con sus remansos de paz y explosiones eléctricas, que de la mutación electrónica de Primal Scream, si se me permite la licencia. De hecho, recurren vagamente a ese esquema genérico, con protagonista e historia, pero eso es lo de menos. Lo importante es el festín de buenas canciones que se marcan. Puede que "None of Your Business Man" y "Raise Your Voice Joyce" no se aparten del canon del punk-rock (con excepción de los saxofones) pero enganchan con sus hallazgos melódicos. A partir de ahí, el banquete está servido: psicodelia mancuniana ácida ("Talking Pictures"); cuasi-shoegaze ("The One I Want Will Come For Me"); techno oscuro ("Mechanical Bull")… Desembocando en el estribillo perfecto de la maravilla de pop guitarrero "Came Down Wrong", con apoyo de J Mascis y el irresistible ritmo kraut de "Joy Stops Time". Los canadienses apuntan alto y llegan sobrados.
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