Modelo para armar
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Modelo para armar

7 / 10
Mirentxu Palomar — 12-04-2024
Empresa — El Volcán
Género — Pop-Rock

Tras un “Insecto” (22) oscuro e industrial, from vuelve con “Modelo para armar”, un segundo disco de corte experimental y onírico que cabalga sobre un eclecticismo ambicioso.

Fernando Romero, más conocido por su alias from, es una rara avis en el panorama nacional. Dentro de lo experimental, decide seguir defendiendo la formación clásica bajo- teclado-batería-guitarra-voz, la grabación semi-analógica, la producción ponderosa y los arreglos ornamentales. Nada de autotune, ni ambient, ni hyperpop, ni noise, y aun así, sería un desacierto ponerle la etiqueta de “rock alternativo”. Si lo comparamos con otras bandas contemporáneas, descubrimos que se trata de uno de los pocos artistas que desafía los límites de los géneros para saciar todas sus inquietudes estilísticas, por lo que considerarlo clásico o tradicional sería un disparate.

En este “Modelo para armar” de once temas que no superan los tres minutos, from sumerge al oyente en un universo repleto de delays, texturas, capas y melodías siniestras y dulces al mismo tiempo. Se trata de un singular cocktail de géneros musicales, en el que el artista parece haber dejado atrás su iniciático sonido jazz para dar cabida a un post-punk rítmico, algo de slowcore que acaba transformándose en pop de dormitorio y cierto flirteo con un flamenco psicodélico.

Con el tema que abre el disco “Se me caen los ojos”, from nos da la bienvenida a un universo onírico y brumoso (a lo Gabinete del doctor Caligari), con una producción mucho más pulida que la de sus anteriores trabajos. En esta ocasión, los sintetizadores y los efectos delay en la voz nublan los temas, y el retorno a una batería acústica consolida y unifica el repertorio. Por no mencionar ese bajo agravante y persistente, que se desliza como una serpiente seduciendo al oyente con sus movimientos ondulantes (“Electromotriz” o “Qué me puedes ofrecer”).

El álbum crece con una constante sensación de renovación y frescura, y para aquellos nostálgicos del sonido iniciático del artista queda reservada “Me Prefiero Quedar”, canción que recupera esa producción tan entrañable y DIY de los debutantes “Otoño” o “Último verano”.

Más allá de la transición estilística, la producción y las mil y una imágenes que suscita, “Modelo para armar” destaca por cierta pérdida de ingenuidad, ya que en las honestas letras y los oscuros horizontes sonoros, descubrimos a un músico algo más atormentado, que canta al desamor, a los trenes que pasan, a la incomodidad de una nueva ciudad hostil y a la tranquilidad de unos amigos que, pese al paso del tiempo y a las mil y unas circunstancias de la vida, parecen seguir estando ahí. Aquel grito angustiante Kafkiano de “Insecto” ahora muta en un existencialismo Cortazariano que dota de cierta madurez, tanto musical como vital, al artista.

Con el final delicado y desgarrador de “Siempre que pasa el tren”, Fernando Romero cierra esta novela fantasmagórica e industrial brindando al público un disco atemporal, arriesgado y ecléctico que se diferenciará de sus contemporáneos marcando una dirección personal y convincente.

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