Si viajamos en el tiempo hasta el año 2008, seguro que eres capaz de recordar aquel estupendo homónimo debut de Friendly Fires que contaba con “Jump In The Pool” como líder de un repertorio fresco y ambicioso que colocó a la banda en el punto más alto del indie británico (mención especial a ese “Kiss Of Life” de la reedición del álbum que aún retumba en nuestras cabezas de vez en cuando). Y es que el trío llegaba con una mezcla perfecta de dance, rock y sonidos tropicales con bases tan frenéticas como fáciles de memorizar. Sin embargo, los planes de futuro de la banda eran otros. Con el lanzamiento de “Pala” tres años después, un disco bastante continuista que contaba con el apoyo de Paul Epworth (Adele, Florence And The Machine) en la producción, manifestaron su intención de convertirse en un proyecto en el que la electrónica fuera la auténtica protagonista, añadiendo un punto extra más disco a su recorrido que marcaría todo lo que vino después.
Pues bien, ocho años después, cuando pensábamos que el fin del grupo era definitivo, nos encontramos hablando de un tercer álbum de estudio que les introduce en nuevas vías sonoras y sirve para reafirmar ese sonido electrónico que comenzaron a desarrollar en el pasado. Es como si el grupo tuviera una cuenta pendiente con su identidad sonora y esa necesidad por zanjarla les hubiera hecho volver. “Inflorescent” es por tanto un amasijo de house y música disco de corte ochentero que pretende colocar a la banda en las primeras líneas de los festivales europeos de los próximos años. Canciones amigables que cortan en seco cualquier hilo rockero que hubiera quedado suelto de la esencia del grupo en sus inicios. Y que están marcadas por la producción de Mark Ralph, culpable también del “Communion” de Years & Years entre otros. Sin duda alguna, se trata del álbum más pop de la banda, con el que Ed Macfarlane pretende enseñarnos todas las camisas de raso que tiene en su armario y hacernos alguna que otra coreografía hortera en los directos. Y es que gran parte del éxito del regreso de Friendly Fires a la industria reside en el gran carisma del líder y su capacidad para volver a llenarnos de energía a través de su voz con este álbum, lo suficientemente luminoso como para que el gran público pueda masticarlo y tragárselo sin problema.
Entre los puntos a destacar nos quedamos con una estupenda “Love Like Waves”, con guiños a su característico lado tropical, o esa versión del “Lack Of Love” de Charles B & Adonis que representa a la perfección lo que la banda pretende conseguir con este nuevo lanzamiento. A grandes rasgos, probablemente este “Inflorescent” de Friendly Fires no aporte nada especial al mercado musical actual y, siendo sinceros, su principal carencia es esa tremenda escasez de hits que nos hagan recordarlo en el futuro. Y que colocan al álbum en tierra de nadie haciendo, por un lado, que le sea difícil alzarse en los charts y, por el otro, que los fans más conservadores que seguían al grupo desde el principio no lo vean con buenos ojos. Aún así, nos alegra volver a tenerles de vuelta y nos gustaría pensar que el próximo descanso, entre disco y disco, no va a ser tan eterno.
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