Fresh Blood
DiscosMatthew E. White

Fresh Blood

8 / 10
Don Disturbios — 09-03-2015
Empresa — Domino
Género — Pop

Hay algo en la música de Matthew E. White que huele a impostado. Y no quiero decir con ello que no me crea su propuesta, no es eso. El problema reside en que es tan maravillosamente perfecta, que se le acaba notando demasiado que tiene más de cálculo que de intuición. No cabe duda de que es otra forma, mucho más matemática, de llegar a un mismo resultado, pero la pasión se tiñe de una frialdad calculada que puede resultar el principal lastre de su música. Pero no ahora.

El músico, productor y mago de cachivaches varios, ha afianzado su aureola de druida sónico con un segundo trabajo mucho más reposado que su debut. Un disco de suave soul-pop narcótico, que logra una zona de confort auditiva en la que todo encaja y se huye de la estridencia. Una búsqueda de la belleza que se condensa en los coros del pertinaz estribillo de “Fruit Trees”, en el clasicismo rock de un tema tan suave y sedante como “Holy Moly” o en la evocación a lo Elton John de una balada como “Circle ‘Round The Sun”.

Un bálsamo sónico lleno de luz y con un poso evidentemente clásico, ideal para descansar y contrarestar los sonidos más contemporáneos, oscuros y de cariz electrónico de un James Blake o de The XX, que aún situados en el otro extremo de la baraja, les une el puente de la búsqueda nada disimulada de la emoción a partir de la reflexión más calculada.

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