El quinteto de Bilbao/Galdakao autoedita su álbum debut, “And It Goes On…”; después de una intensa andadura que se remonta a 2011 y tras quedar finalista en el concurso Rockein en 2015. Se trata de una banda que cita, por fin, influencias serias: “Donetes, maíz tostado, fusibles que se queman, ventanas rotas…”. Estas chicas tienen clase, ojo.
“And It Goes On…” comienza con una poderosa puesta de largo (6 minutos de “Asher”). La voz sugerente de Amaia Arrieta sintoniza con la potente base stoner. Predomina la artillería pesada del blues rock de los 70 –época en la que el rock murió, según algunos predicadores que no se molestan en escuchar nada más allá de su zona de confort, pero eso es otro capítulo aparte-.
Esta banda de “rock bluesero y pesadete a ratos” (sic) deja la puerta entreabierta a la psicodelia de aires latinos (“Harty Party”) o cierto poso de rock progresivo (“Before The Rain, Before The Sun”). Se atisba el potencial de este grupo, en sus bases contundentes y melodías cuidadas. Quizá se eche en falta un registro vocal más amplio, que aporte mayor dinamismo al disco en su conjunto. “Burning Fuse”, con su pesadez stoner y percusión desconcertante, trasciende sus parámetros y quizá sea de lo más interesante de este disco, grabado por Xanpe en Koba Estudio (Bilbao). La profunda “The Wheel” pone el punto (y seguido) a un más que digno álbum debut. Que gire la rueda.
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