Todos conocemos a estas alturas la tendencia profundamente arraigada que siguen los media musicales en UK. Consiste en idealizar, sobrevalorar, adorar a las nuevas bandas que van surgiendo en las islas con propuestas innovadoras. Una vez conseguida la atención del público y asegurado un mínimo de ventas y audiencia, el objetivo muda a intentar hundirlas en el más humillante de los desprecios u honrarla con la más capciosa de las críticas. Lo triste es que ya hace tiempo que algunos modernillos de nuestro país han ado/aptado la estrategia para poder seguir considerándose líderes de la tribu de los smarters.
En el caso de bandas británicas, dónde los Manic Street Preachers eran antes geniales y subversivos ahora son acaramelados y dulzones. Mentira. “Know Your Enemy” es tan imprescindible, como mínimo, como “The Holy Bible”. Ash son otra de esas bandas defenestradas. Todo eran elogios a la salubridad y creatividad en “1977” (Infectious, 96). Ahora, el pasotismo ante su tercera propuesta es la regla a seguir. Pues bien. “Free All Angels” se erige con holgura como su mejor disco. Inteligente, melódico, emotivo, prematuramente maduro. Nada sobra, nada falta. La perfección del single “Shining Light” o de la sublime “There´s A Star” son sólo dos decimoterceras partes de una obra fascinante. Destacan los guiños a su corto pasado en el punk pop de “Walking Barefoot” y “Burn Baby Burn”, la imprevisibilidad en la ebriedad de “Nicole” y “Shark” o la intensidad en la sobriedad de “Someday” y “Sometimes”. Todo encaja como piezas imprescindibles de un puzzle perfecto.
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