Bandana

Química. Esta palabra explica buena parte de la vida pasada de Freddie Gibbs y buena parte de lo que hizo de “Piñata” (Madlib Invazion, 14) uno de los mejores discos de rap de esta década, con el mérito añadido de pillar a todo el mundo a contrapie. No es que fueran mundos irreconciliables ni mucho menos, pero nadie esperaba, sencillamente, que la fórmula Freddie Gibbs + Madlib fuera a funcionar de la manera en que lo hizo. Cinco años después, esa química vuelve a sacar lo mejor de ambos.

“Piñata” y “Bandana” son, esencialmente, dos caras de la misma moneda: en el primero Madlib sobresalía y brillaba con una intensidad que no veíamos desde sus tiempos con MF DOOM, y ahora es Gibbs quien inclina levemente la balanza hacia su lado y evidencia que estos cinco años no han pasado en balde. Lo que antes era una demostración de versatilidad sobre las cascadas de samples de Madlib es ahora una confirmación de la maestría lírica y rítmica del rapero de Indiana. Sigue dibujando escenas de hustling con una expresividad que convierte “Bandana” casi en un disco cinematográfico, pero son los momentos introspectivos -incluidos los ramalazos políticos que asoman de tanto en tanto- los que enhebran el conjunto y elevan a Gibbs mucho más allá de su figura de experto en el cocaine rap. "Practice" es un ejemplo perfecto: el clímax del liricismo crudo y poético de Gibbs y una muestra maravillosa (una de tantas en el disco) del ojo de Madlib para los samples, en este caso echando mano del "Make It On Your Own" de Donny Hathaway.

Si por ahí arriba luce un 8 en vez de un 9 es porque, enfrentando "Bandana" y "Piñata" cara a cara y siendo sinceros, Madlib está algo menos inspirado en este segundo LP, especialmente cuando sale de su zona de confort. No hay más que escuchar la primera mitad de "Half Man Half Cocaine": se salva gracias a Gibbs, pero en manos de otro sería completamente olvidable. Es, de todos modos, uno de los poquísimos tropiezos de un álbum que mantiene el listón muy alto a lo largo de todo el minutaje y que acierta al reducir la nómina de colaboraciones a cinco nombres que brillan con luz propia y que, pese a su entidad, no quitan protagonismo a Gibbs en ningún momento: Pusha T, Killer Mike, Anderson .Paak, Yasiin Bey y Black Thought.

“Bandana”, al igual que "Piñata", es un disco único y un collage sonoro desbordante de ideas expresadas en su forma más pura y cruda. Ni underground ni mainstream, ni añejo ni moderno: “Bandana” existe en su propio espacio-tiempo, y hoy por hoy nadie puede hacerles sombra allí. Si hay que esperar otros cinco años para completar la trilogía a este mismo nivel, los esperaremos con gusto.