Por mucho amor incondicional que se tenga por Frank Carter y por los dos álbumes que firmó con Gallows, es difícil negar que el camino que han seguido estos con Wade MacNeil al frente puede mirar de tú a tú a ese legado. No se puede decir lo mismo de los Pure Love de Carter, que a pesar de lo loable del intento ha quedado como uno de los tropezones más dolorosos para la parroquia del hardcore en los últimos años.
Pero, por suerte, el hijo pródigo está de vuelta, y regresa a lo que mejor sabe hacer: dejarse la garganta con una buena dosis de tralla detrás. “Blossom” significa su vuelta al hardcore con todas las de la ley, llegando a cotas de visceralidad difíciles de ver ni siquiera en su antigua banda. Eso sí, que nadie espere encontrar aquí unos Gallows 2: este es un disco más plano y homogéneo de lo que nos tienen acostumbrados estos, donde no hay atisbo de riesgo pero sí rabia y letras escritas desde las entrañas de sobra. Todo arropado por unos Rattlesnakes que funcionan como una apisonadora sin salirse del guión en (casi) ningún momento, basculando entre el hardcore moderno más crudo y el hardcore ochentero estadounidense. Y digo “(casi)” porque en el tema que cierra el álbum, “I Hate You”, firman un blues bastardo donde Carter escupe tanto odio que podría venderse en versión karaoke para terapias de control de la ira.
“Even on my now, you can't stop me”, reza el estribillo del tema que abre el disco, y no queda otra que darle la razón: “Blossom” no va a pasar a la historia, pero tiene lo necesario para quitar telarañas de unos cuántos oídos y devolvernos a Carter en pleno estado de forma.
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