Su debut, “Sorrow And Exctinction”, figuró en los primeros puestos de casi todas las listas de lo mejor de 2012, algo que podría haberse girado en su contra pero que los de Arkansas han superado con nota contra el pronóstico de algunos, desconfiados por la creciente presencia del grupo en medios indies y generalistas. No sólo eso: Pallbearer han dado forma a una versión mejorada de sí mismos. Con una producción más definida pero lejos de artificios a cargo de Billy Anderson (Sleep, Neurosis, Swans, High On Fire), el puente de este, por ahora, díptico lo teje “Worlds Apart”, apertura de diez minutos -media de duración de todas las canciones del disco- que ofrece un tratado de doom épico basado en el riff de guitarra pétreo, arrastrado y hermético propio del genero. Como relativo desahogo, su hilo conductor se alimenta también de la melancolia y la atmosfera, tan envolvente e hipnótica que hace que sus largos desarrollos -a excepción de “Ashes", delicado y luminoso oasis de tres minutos- se te hagan paradójicamente cortos. En pocas palabras: con todo lo bueno y lo malo que ello pueda conllevar, merecen figurar entre las bandas del momento.
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