Algunos juicios requieren distancia. El anterior disco de Foscor, “Those Horrors Wither” (14), se revela hoy como el "disco puente" de una banda artísticamente ambiciosa pero aún inmersa en plena búsqueda. Tras empaparnos de su nuevo “Les Irreals Visions”, podemos afirmar que los barceloneses han logrado romper su crisálida para ofrecernos lo que por ahora (y es importante subrayar ese “por ahora”) más se ajusta a lo que perseguían: una etérea pero concisa colección de canciones que combinan lo onírico con la inmediatez y recuperan el factor emocional diluido por la frialdad técnica de su antecesor. A ello contribuyen claramente unas estructuras más depuradas, unas melodías envolventes y unas letras en catalán que suman en todos los casos, bien por cercanía o bien como factor exótico.
En el disco conviven singles redondos como “Ciutat Tràgica” y “Altars”, la esquemática y adictiva “Malfiança” o la más contundente “Espectres al cau”, reivindicadora de la memoria y del pasado, también el de la propia banda. En paralelo, “Les irreals visions” transita entre referencias distantes y más o menos veladas, de Katatonia a los Interpol más introspectivos (el tema título que cierra el álbum).
El conjunto se abre paso entre brumas espectrales, beneficiado por la destacable producción de Javi Félez en los Moontower Studios, y en simbiótica sintonía con la bella y fantasmal portada de la fotógrafa holandesa Nona Limmen (Chelsea Wolfe). Y cuando se desvanece la última nota, llega una extraña e inusual constatación: el reconocimiento, bajo la superficie, de una propuesta viva que trasciende lo convencional. Aunque tratándose de Foscor, quizás debamos esperar a su próximo paso para releer su presente.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.