Formentera
DiscosMetric

Formentera

7 / 10
Fran González — 30-07-2022
Empresa — Thirty Tigers Records
Género — Dance Rock

Por si te preguntabas donde se habían metido los miembros de esta formación canadiense en los últimos años, el título de su nuevo trabajo nos revela al menos donde les hubiera gustado estar. Fruto de toparse con la citada isla ibicenca en las páginas de una guía turística que rondaba por su estudio en Toronto, el cuarteto liderado por Emily Haines confeccionó los actos que dan forma a su octavo disco con ese idílico destino de nuestra costa balear en sus mentes. Y contra todo pronóstico, a pesar de sus más de dos décadas juntos, los miembros de Metric logran con este “Formentera” (Thirty Tigers, 22) dar con las teclas de un dance rock oscuro y apocalíptico que les hace exhibir una vigencia de lo más digna.

Lejos de presentarnos un álbum radiante como erróneamente su título pudiera inducirnos, los canadienses tejen en “Formentera” las líneas de un relato inquietante y lóbrego que irrumpe con un acto de apertura de diez minutos que es un auténtico viaje sensorial en sí mismo (“Doomscroller”). Casi como un murmullo ensimismado, la voz de Haines se cuela entre una creciente lluvia de sintetizadores afilados que progresivamente terminan derivando en una ensordecedora tralla techno que abraza consigo ese “Don’t give up yet, don’t give up now” a modo de mantra repetitivo y gélido. Sin abandonar esos destellos retro-futuristas que van a medir el devenir del álbum durante su primer cuarto de duración, en sus primeros compases también vamos a darnos de bruces con uno de esos temas destinados desde su origen a ser coreados en directo (“All Comes Crashing”), y ojo, que no será el único tema del LP que oficialmente suponga un relevo de los clásicos incunables de la banda, pues tras ese corte homónimo (“Formentera”) que evoluciona entre elegantes líneas de cuerda y que hace las veces de ecuador del propio álbum, se sucederán a continuación una serie de actos que aportan a su desarrollo un dibujo distinto de luz y dinamismo exquisito.

Hablamos de ese fogonazo de neones con dejes a lo CHVRCHES que es “I Will Never Settle”, la recuperación de ciertos efluvios en clave de electroclash para “False Dichotomy” en la cual la cruda percusión de Joules Scott-Key cobra un papel irremplazable, o la candidata a pista de easy listening del disco que es esa fresquísima “Oh Please” (donde, ahora sí, entre punteos bermejos y tórridos nos cuelan su propuesta más estival que recordará exageradamente a los primeros The Sounds).

Sin caer en el tópico fácil, Metric han confeccionado un álbum veraniego y directo que apuesta con sus vibraciones por suponer el marco ideal para trayectos en carretera y por esbozar paisajes nocturnos que evolucionan ante nuestros ojos tras el salpicadero y las lunas de un coche que se dirige a ninguna parte. Con decoro y una sorpresiva cohesión entre sí, la propuesta de los canadienses para este “Formentera” puede ser fácilmente lo mejor que han firmado en la última década.

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