Puede parecer un debut y suma puntos para convertirse en esto delante de un público menos reducido, pero este es el segundo trabajo de un neozelandés afincado en Londres. Primero titulado “Please Turn Me Into The Snat”, ahora contraataca en el mercado europeo con el mismo repertorio pero completado con versiones en directo de todas las canciones y alguna más, todo bajo el título de “Forever Dolphin Love”. “Megumi The Milkyway Above” es la puerta a un oasis de psicodelia-pop teñida de jazz y easy listening con pinceladas de exuberancia y con la misma travesura en el tono y voz que la última PJ Harvey. La canción que da título al disco dosifica todos los colores variopintos de su amplia paleta en la que incluso se asoma el blues que ya practicó cuando su ahora apellido artístico era la coletilla del grupo que formó hace siete años. Normal, son diez minutos en los que aparece el exotismo, el free jazz, un bajo corpulento propio del funk o del kraut rock y unas guitarras estivales, síntesis de un pop ensoñador que imprime en las canciones cierto tinte sepia de los setenta y evoca el estío. De hecho, nuestro hombrecito las compuso durante un verano que acampó al raso en la casa de sus padres. Pop visionario y galáctico, como de otra esfera, que conforma todo un universo onírico, de imaginario infantil, pintado de delfines y unicornios. Una colección que relee la escritura de otros grandes traviesos del pop como Syd Barrett, Brian Wilson, David Bowie (sobre todo por el tono agudo y aniñado de la voz) o Thom Yorke a quien tiene seducido y en el que evoca en “Faking Jazz Together”. Un marciano del pop como en estos tiempos lo son sus amigos Micachu & The Shapes o Ariel Pink y John Maus.
That's a sharp way of thninikg about it.