El pop de autor viene a ser algo así como el cine de autor, creadores ajenos a modas –los buenos- que buscan su propio camino. Con suerte, en poco tiempo, se hacen un hueco en el mundo gracias a unas constantes en su obra reconocibles en cada trabajo. Aplicado al pop en concreto, músicos que evitan los lugares comunes en esto del cancionero popular y se atreven a salir de su zona de confort. Pues bien, Daniel Magallón es uno de ellos, un tipo con la mente abierta capaz de aunar en su imaginería el tango (ojo con “El puño piensa”) y el rock psicodélico de alma campestre (“Piel de piedra”).
Ese es solo un ejemplo de la mezcla que hay en “Pasaje entre las cañas”, un disco que cuando juega en terrenos más accesibles, también acierta. Ahí está el pop casi festivo y tabernario de la redonda “Los amigos de la plaza”, y el subidón final spectoriano a lo The Righteous Brothers de “Un sol diferente”.
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