Todo Va Hacia El Mar
DiscosFin Del Mundo

Todo Va Hacia El Mar

8 / 10
Fran González — 18-12-2023
Empresa — Spinda Records
Género — Shoegaze

Vienen de conquistar España, sin tapujos ni medias tintas, confirmándose como una de las apuestas mejor tiradas de los últimos meses por el sector promotor de nuestro país. La publicación de su debut formal en larga duración (compuesto por la suma de sus dos EPs previos, que conforman ahora “Todo Va Hacia El Mar”) les ha permitido cruzar el charco y clavar su albiceleste bandera en diferentes puntos de nuestra geografía, demostrándonos su talento y la fructífera salud ya manifiesta de la siempre fértil escena argentina. Las chicas de Fin del Mundo consagran así un inicio de carrera estelar, plagado de buenos presagios y momentos inolvidables, gracias a ocho estupendas canciones que plasman y cierran esta primera etapa del cuarteto, arrancada en un ya lejano 2019.

Tomando su nombre del lugar de origen de una de sus componentes (Ushuaia, considerado el extremo austral de Sudamérica y apodado como el "Fin del Mundo"), Julieta Heredia, Lucía Masnatta, Julieta Limia y Yanina Silva han logrado hacerse fuertes en tiempo récord dentro de esa suma de sonidos que nos lleva desde el shoegaze al post-rock, pasando por un dream-pop comedidamente agresivo y un post-punk melódico y ensoñador que avanza sin prisa. Nos mecen pacientemente y con temple entre riffs contemplativos que huyen de la premura (a los dos minutos y medio de solo en “Las Flores” o a la breve pincelada de letra en canciones como “El fin del mundo” nos remitimos), para poco a poco hacernos partícipes de su narrativa, vaporosa y suave, plagada de metáforas que aluden tanto a su entorno más cercano como a la inmensidad más colectiva (“Las luces se olvidaron de quien un día fui / Espero que pronto vuelvan hacia mí”, cantan entre aguaceros de seis cuerdas con sabor a noise).

La voz de la ensayista bonaerense Alejandra Pizarnik se oscurece entre matices de belleza y decadencia gracias a la adaptación de uno de los poemas de su repertorio para “La Noche”, el primer corte del LP y la sentencia de un tono melancólico y lóbrego que se mantendrá sostenido a lo largo del resto del trabajo de las argentinas. Un sentir gélido, remarcado entre briznas de frío y guiños al sur de su país que, de un modo u otro, condicionan y precisan su particular invitación a que conectemos con su música y nos sintamos parte de esa unidad a cuatro que les ha empujado a vivir el viaje de sus vidas (“La ciudad que dejamos extraña nuestras manos y pide que nos volvamos a ver”, cantan en “El Próximo Verano”, dando paso a un tramo a coro que supone uno de los momentos más bellos y comunales del álbum).

Aunque no será hasta los versos de “El Incendio”, el octavo y último corte del disco, que las componentes de Fin del Mundo revelen (tras unos pegadizos acordes) el sentido más literal del título de su trabajo (“Me dejo llevar, si todo va hacia el mar”) y el esperado mensaje que éstas buscan reflejar con el mismo (apelando a un relajado sentir que desean contagiarnos, nuevamente de la mano de ese contraste entre dulzura tonal y contundencia instrumental que nos traslada del todo embriagados a la vera del mar). Es, además, esa orilla la que nos recibe y nos despide respectivamente (de la mano de su portada, obra de Óscar Málaga) la que envuelve un trabajo que reúne con oportuna precisión el diverso bagaje de sus ejecutoras y los implícitos deseos de las mismas por conformar una propuesta con pretensiones de banda instrumental sin renunciar a otras fórmulas tan efectivas como congruentes (del radiante pop de “La Distancia” a la euforia contenida del “Desvelo”). A dónde pueda terminar llevándoles esta marea solo lo saben ellas, pero el vaivén de las olas no podría haber arrancado mejor.

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