Elliott Smith huyó despavorido de la fama después del éxito de su anterior trabajo “XO”. La nominación a un Oscar por la canción “Miss Misery”, incluida en la banda sonora de “El Indomable Will Hunting” de Gus Van Sant hizo pasar a Smith por situaciones tan desagradables como actuar en la ceremonia de entrega de los Oscar al lado de Celine Dion. Después de pasar tan mal rato, el ex-Heatmiser no quiere volver a oir hablar de cine.
Tímido, serio y eterno adolescente, Elliott Smith se siente mucho más cómodo en el underground de donde proviene. Sus canciones son demasiado frágiles y sutiles como para soportar el peso de un éxito masivo. Por fin, el aplauso desproporcionado del gran público ha cesado. Se han olvidado de él y ahora todo ha vuelto a su cauce. Éste es el momento en que nos llega “Figure 8” el enésimo gran trabajo de pop folk atemporal que factura el chico de Portland, con todas sus señas de identidad.
Bellas y amargas, las dieciséis canciones del disco hilvanan una magnífica unidad discursiva y argumental. Smith domina las estructuras del pop clásico como pocos y sus arreglos, ya sean de piano, cuerda o rudas guitarras eléctricas, ayudan a diversificar un paisaje seductor y personal que se nos antoja, irremediablemente, triste y alegre a la vez.
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