Feline

El cuarteto vizcaíno Feline se ha propuesto batir los ingredientes que hicieron grande al rock facturado entre finales de los años 70 y principios de los 80. Pero pese a sus dispares referentes (punk, post-punk, new wave glam-rock y hasta garaje) no les ha salido una puesta de largo dispersa o descompensada. Muy al contrario, desde la incisiva “Always” hasta el final narcótico de “How do you think it feels” las canciones de Feline, formado en 2020 entre las vecinas Gernika-Lumo y Bermeo, cuentan con dos bazas que aportan uniformidad y consistencia al conjunto.

En primer lugar, hablamos de un debut descarado y sin complejos, donde prácticamente todas las canciones son carne de hits. “I hate you” fue el tema elegido entre los 10 que conforman el debut como single de presentación. Es enérgica, va directa al grano y engancha a la primera. Pero es que casi podemos decir lo mismo de “Zure Bidea” -donde sueñan con Berlín y Londrés-, “The Eye”, “Emozio zu” o el corte más pop del lote, “Looking at the sky”.

El sonido inconfundible del teclado, omnipresente, es el segundo ingrediente que seguramente ayuda a homogeneizar el sonido del álbum. No es un asunto menor para estos chicos: “Feline” hace referencia a uno de los álbumes de The Stranglers, que a través del pianista Dave Greenfield lograron colorear sus canciones dotándoles de una marcadísima personalidad.

Según cuentan en su biografía, los orígenes del grupo se remontan a finales de 2019, periodo en el que empezaron a salsear con el punk y el pop más oscuro. Sus miembros han formado parte de proyectos ampliamente conocidos en Euskadi (Zuloak, Audience) y con la incorporación de Eneko a la batería es cuando termina de cuajar el proyecto. En mayo del año pasado grabaron las canciones de su debut bajo las órdenes de Martín Guevara, mitad de Capsula, en su estudio de Silver Recordings studio de Bilbao. Tiene todo el sentido del mundo: Feline bebe de influencias muy parecidas a las del grupo vasco-argentino, solo que son jóvenes y, cosas de gatos revoltosos, arañan que da gusto.