Desde la apertura de “The Boat”, nos queda claro que la garganta que antes regurgitaba desaliento bajo el existencialismo post-hardcore ha crecido y echa la vista atrás, o mejor dicho abajo, directamente a las raíces, el folk, la americana, el country y prueba de nuevo la relación incontestable entre el outsider que escupe al micro y aquel que casi le reza, entre Mackaye y Guthrie, entre Strummer (los aires de “California Burritos” son puro Mescaleros) y Springsteen.
Mientras sus compañeros de Hot Water Music se desfogan en The Draft, el una-vez-carpintero Ragan ha dado rienda suelta a sus inquietudes en un doble debut del que “Feast Or Famine” es su versión de estudio que nos anticipa el contenido de “Los Feliz”, esta vez grabado en directo. Las armónicas de “Do You Pray”, la crítica a la administración en “For Broken Ears” o la atemporalidad de “Hearts Of Stone” son algunas de las piedras angulares de una colección de temas que derrochan sencillez y honestidad por sus poros. La pasmosa facilidad que el directo tiene para transmitir al oyente el momento capturado aqui sólo encuentra aquí comparación con lo quebrado de la voz de nuestro redescubierto songwriter, que se atreve con la dylaniana “Fixin’ To Die” y sale indemne, lo borda con su “Valentine” y homenajea a HWM con “God Deciding”, todo en la intimidad de amigos y sonrisas, de guitarra y armónica. Una sorpresa mayúscula de alguien que, con o sin descansos familiares, necesita la música. Y viceversa.
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