Serfs Up!

Es probable que más de un seguidor del ahora trío británico Fat White Family se sienta algo perdido con las primeras escuchas de su nuevo trabajo. Ya desde que lanzaran ese épico tema incresccendo que es 'Feet', primer single y también tema que abre el álbum, comenzamos a ser consciente que algo ha cambiado. Los británicos abandonan ese sonido sucio y guitarrero con el que se les identifica desde que emergerían en el panorama hace cinco años, para adentrarse a una dimensión más cuidada, luminosa y popera. Este refinamiento no es casual y responde a las necesidades vitales del grupo. Desde hace años cada uno de los integrantes de la formación se había metido en una dinámica de drogas y autodestrucción que había acabado por empujar a cada uno de ellos a tener que acudir al auxilio social. Fue entonces cuando el fundador de Domino Records, Laurence Bell, les dio la oportunidad de remontar el vuelo y sacar así su primer trabajo a través del importante sello independiente. El siguiente paso fue trasladarse desde Londres a Sheffield, aislarse de cualquier distracción química y centrarse en la composición del disco.

Uno de los primeros síntomas de estos cambios es que, a diferencia de trabajos anteriores, los tres miembros han estado presentes en el apartado compositivo, en mayor o menor medida. A los ya habituales Lias Kaci Saoudi y Saul Adamczewski, se ha sumado Nathan Kaci Saoudi, hermano del primero, y es seguramente esta mescolanza creativa la que ha determinado el carácter polifacético de 'Serfs Up!'. Todo esa atmósfera abrasiva y cruda marca de la casa, se ha convertido en un multiverso donde encontramos a los Fat White Family más creativos e inspirados atreviéndose con cualquier cosa: desde sintetizadores o canto gregoriano hasta la presencia del saxofón o preciosos arreglos de cuerdas; definiendo así este tercer álbum como el más diverso y heterogéneo de la banda.

'Serfs Up!' marca así la metamorfosis y el proceso de limpieza (tanto en el sonido del grupo como en la sangre de sus componentes) de la formación británica. Un radical cambio de imagen que inesperadamente les sienta muy bien.