El futuro no era esto. Acabamos de empezar 2016 y ni rastro de coches voladores, androides con sentimientos o monstruitos de alcoba genéticamente diseñados. Debe ser que sólo nos queda el arte para viajar a otros mundos (o a ese futuro que nunca llega).
El dúo asturiano Fasenuova saca nuevo disco con inquietante portada radicalmente diferente al tenebroso barroquismo de “Salsa de cuervo”, que remite a esa visión apocalíptica o distópica del porvenir que cómic, cine y música inocularon en la conciencia universal hace ya bastantes años. Una portada que define su síntesis sonora: Un brazo abierto en canal, cables por venas y músculos.
Los de Mieres han decidido inspirarse en su principal arma: Su directo brutal y sin concesiones. Así que “Aullidos metálicos”, como sus poderosos conciertos, se estructura entre paisajes instrumentales desolados, canciones propiamente dichas con las crípticas y surrealistas letanías marca de la casa. Pero además, esta vez la producción y mezclas de Óscar Mulero aportan más brillo, y las canciones se enriquecen con nuevos sintetizadores y ritmos: “Bailas perfectamente”, “Carretera fluorescente” o la gloriosa “Me da vueltas todo lo que dices” (los singles más claros) retoman su lado más pop...sin perder la oscura identidad que les caracteriza. El baile, siempre en el centro.
“Banda sonora de la ciudad gigante, decorada por los Humanoides Asociados, donde viven hombres libres, neuromantes y ciborgs alucinados”, como lo definen Ernesto Avelino y Roberto Lobo, “Aullidos metálicos” es un nuevo viaje alucinado por los caminos sinuosos de ese universo de minimalismo electrónico en el que reinan los ritmos primarios de la TR-606: Un territorio alejado del mundo real y pedestre, a veces árido (“Siempre siempre”), de brutalidad industrial (“Te quieres pirar”) o imbuido de una melancolía marciana a lo Bradbury (“Naves desiertas”) pero siempre adictivo, que habitan sólo ellos y al que nos teletransportan, todo clase, sin aparente esfuerzo.
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