False idols

Cuidado con los mantras promocionales, que a veces los carga el diablo. En “False Idols” (False Idols & IK7 Records, 2013) Tricky asegura haberse “reencontrado” tras casi dos décadas huyendo del fantasma de su magistral debut, “Maxinquaye”. O lo que es lo mismo, el de Bristol reconoce implícitamente que se ha pasado 18 años dando palos de ciego, alternando buenos discos acaso infravalorados como “Blowback” con mediocres patinazos. Y todo, al final, para volver a la casilla de salida y rendirse a una evidencia muy jodida: jamás superará su obra cumbre, así que sólo le queda pasearla por festivales o tratar de refritarla para los nuevos tiempos. En “False Idols” nos reencontramos con fraseos polvorientos, dub humeante y espacios entre notas en los que tiembla el misterio. Cuesta más, eso sí, atisbar el toque de genio de antaño. De haberse publicado en 1996 hubiéramos calificado al disco de obra menor. En 2013, y mirando el vaso medio lleno, nos conformamos con que canciones como “Somebody´s sins”, “Valentine” (con sampler, claro, de Chet Baker) y “Hey Love” aguanten bien la comparación con el canon original. Eso sí, adios al “sense of wonder” de ópera prima, si exceptuamos el deshuese del “Parentheses” de The Antlers, la socarrona línea funky de “Is that your life” o la tragicómica gravedad de “Passion of the Christ”.