Tindersticks rara vez fallan. Puede que, en este octavo disco de estudio, el sexteto haya reducido instrumentación y barroquismo respecto a anteriores entregas, pero la profundidad y elegancia con que la banda británica ha sabido dotar su obra, desde el inicio y sin excepciones, sigue ejerciendo de distintivo y atemporal seguro de satisfacción. A cambio se nutre y enriquece con una comedida pluralidad apreciable por el oyente minucioso. Desde el sinuoso jazz de “Falling Down A Mountain”, pasando por la impostada animosidad de “Harmony Around My Table” o el extraordinario dueto con Mary Margaret O’Hara en “Peanuts”, hasta llegar al grandioso final cinematográfico de “Piano Music”, al tiempo que cuerdas, vientos y órgano siguen presentes en los diferentes lienzos. Estrenando de nuevo parte de la formación, Stuart A. Staples vuelve a ofrecer su alma acercándola a través de esa inconfundible y profunda voz de crooner clásico que alberga en su interior. “Falling Down A Mountain” resulta misterioso, bello, melancólico, nocturno y personal a partes iguales. Imprescindible para mantener el equilibrio y sentirse acompañado en el desaliento vital.
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