FAI
DiscosMus

FAI

1 / 10
Redacción — 05-07-1999
Empresa — Falta
Género — Pop
Fotografía — Archivo

¿Exageramos si señalamos a «Fai» como uno de los debuts nacionales más esperados de los últimos años? No, claro. Dos epés bastaron para crear un clima de expectación, ansia y deseo de dimensiones inauditas si hablamos de bandas estatales. Y aquí está. ¿Esperábamos más? Bueno, es posible. El problema es que, aún esperando y, viendo las posibilidades del grupo, exigiendo más, «Fai» se ha convertido, ya de por sí, en uno de los grandes momentos del año en lo que a música nacional se refiere. Un disco que habla de Portishead, Boards Of Canada, Stereolab, Alpha y, sobre todo, Angelo Badalamenti sin sonrojos ni malas caras: lo hace de frente, con claridad de ideas y con un potencial creativo que asusta. El riesgo, la valentía y el hecho diferencial se miden por la manera con la que un grupo sabe devolver y rentabilizar esos préstamos (influencias tenemos todos, eso es evidente) que, en su función de punto de arranque, pueden, según la asimilación de ideas, el talento y la capacidad, conducir o accidentar una trayectoria. «Fai» es un notable disco que, desde su inexperiencia y sus puntuales errores, cautiva, seduce y conmueve por su fragilidad, por su trasparencia y, lo más importante, por su profunda belleza. Mus: una joya a la que sólo le falta pulir su brillo.

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