Lo han vuelto a conseguir. Saben cómo hacer explosionar su sonido y “Explota el cuerpo” vuelve a ser una traca. Más de luz y color que en “Parque mágico”, un debut espasmódico, desbocado y caótico donde colisionaban las guitarras y los ritmos acelerados a trompicones con unas estructuras que te dejaban sin aliento como si dieses tumbos subiendo y bajando montañas rusas sin frenos. Ahora siguen sonando intensos aunque más refrescantes y multicolores por culpa de ese toque tropicalista tan imperialista y tan de moda que por sorpresa se ha acabado apoderando también de su pulsión. Aunque mantengan sus bruscos cortes y acelerones rítmicos, como si fuesen caídas sin red, y esas asilvestradas voces alocadas a grito pelado, el aquí y ahora de Margarita se interesa más por las armonías vocales y los cantos eufóricos. Una nueva sensibilidad ha despertado en el cuarteto madrileño que pasa por un exotismo nuevo en ellos -que de tan machacado ya no lo es tanto- y por conceder un giro pop a su punk-post-hardcore y dar más cuerpo a lo que cantan, ahora únicamente en castellano y coreándolo más alto. Han perdido algo de la particularidad que les hacía únicos por caer presos de un sonido hoy en día previsible y por el que Animal Collective tiene mucho qué decir. Pero si tan solo es esto, bienvenido sea su nuevo amanecer porque su luminosidad estalla.
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