Ni más ni menos que once años ha sido el tiempo que hemos tenido que esperar para que nuestros oídos escuchasen un disco nuevo de Plastikman, o lo que es lo mismo, el alias que mejores rendimientos a nivel de crítica le ha reportado al señor Richie Hawtin. Lo cierto es que “EX” ha cogido a todo el mundo por sorpresa –podría ser que incluso a él-. El caso es que el trabajo nació de un encargo por parte del diseñador de moda y director artístico de Dior, el belga Raf Simons, para un acto benéfico que se celebra cada año en el museo Guggenheim de Nueva York. Cuando casi lo tuvo listo, vio que disponía de suficiente material como para publicar un disco y eso fue lo que hizo. Así que grabó su directo para el museo y lo preparó para la distribución.
Si la manera de concebirlo no ha sido la habitual, tampoco lo ha sido su resultado. Plastikman nos tenía muy bien acostumbrados hasta la fecha. Sin ir más lejos, su anterior “Closer” demostró que todavía estaba en posiciones de honor de la de la música electrónica. Pero no podemos decir lo mismo de “EX”, un álbum con siete cortes, que va de la divagación planeadora de la electrónica primigenia de “EXposed” al techno retrofuturista de principios de los noventa, en “EXtend”. En “EXpand”, el tercer corte, aumentan los BPM, pero no es hasta “EXtrude” que la cosa se pone interesante –y eso es veinticinco minutos después de haber empezado la audición.
En definitiva, estamos ante una obra menor de este creador de flequillo infinito, con un material que funciona mejor con un soporte visual, que en definitiva es para lo que fue concebido.
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