Everything Will Be Alright In The End

Cuatro años después de la edición de “Hurley” (10) y la colección de descartes “Death To False Metal” (10), el cuarteto angelino vuelve a ponerse en manos de Ric Ocasek, con quien comparten un currículum que abarca dos de sus mejores discos, el azul y el verde. Weezer plantean este nuevo trabajo como un retorno a su esencia. Rivers Cuomo ha manifestado que uno de los factores que más han influido en el álbum han sido los cruceros que el grupo viene organizando, el Weezer Cruise, y su experiencia allí en contacto directo con sus fans. Y “Everything Will Be Alright In The End” logra transmitir esa sensación de fiesta continua, de compañerismo y despreocupación all-included. Con apenas pequeñas variaciones, Weezer se han mantenido siempre fieles a ese espíritu. Y eso es lo que le importa a sus fans: su falta de pretensiones, su modesta grandeza. Weezer es un grupo que te hace sentirte feliz, y eso es algo muy extraño y valioso, y lo consigue incluso cuando te habla de cosas realmente tristes. ¿Acaso no era eso el power-pop? “Everything Will Be Alright In The End” parece entonces un título bastante óptimo para un disco que contiene una cantidad de estribillos memorables por encima incluso de su media (“Go Away”, con Bethany Cosentino de Best Coast, es un buen ejemplo), y mil y una excusas para hacer air guitar (“Back To The Shack”, otra prueba de que Weezer hacen las mejores canciones sobre tocar en Weezer del mundo). Que el barco nunca llegue a puerto.