Si el año pasado fueron sus compatriotas (y compañeros estilísticos) Django Django quienes se superaron con el espléndido ‘Glowing In The Dark’ (Because Music, 21), ahora son Everything Everything quienes parecen haber echado el resto en la que es su nueva entrega. El combo de Manchester completa el que bien podría ser su mejor disco hasta la fecha, respetando la esencia artística que en todo momento ha guiado el proyecto pero, al mismo tiempo, enfrascándose en empresas inéditas. En el que es sexto álbum de su carrera (en un total de doce años), el cuarteto afronta una vuelta de tuerca adicional y tira de ambición añadida para concretar un lienzo ampliamente imaginativo, tintado con colores agudos y que deriva directamente en un tratado de art-pop en toda regla.
Un cúmulo de modernidad bien entendida, que tampoco renuncia a elementos vintage con los que completar y dar vistosidad a una fórmula cuyo epicentro se localiza en el habitual indie-pop electrónico apto para la pista de baile. Un punto de partida desde el que el combo suma trazos exóticos, de funky o de glam-rock, con los que enriquecer un lanzamiento efectivamente elaborado y jugoso para el oyente. ‘Raw Data Feel’ (AWAL, 22) es un disco de nivel que no reduce intensidad, mientras juguetea con sus diferentes direcciones guiado por el falsete del vocalista Jonathan Higgs. La referencia se abre con la secuencia que aúna los cuatro singles del elepé: “Teletype”, “I Want A Love Like This”, “Bad Friday” y “Pizza Boy”, e incluye otras destacadas como “HEX”, ese ramalazo de pop más evidente (y con ecos a Robert Palmer) que es “Jennifer”, “My Computer”, las reflexivas “Born Under A Meteor” y “Leviathan” (que nos recuerda cuánto añoramos a Wild Beasts), o esos otros éxitos en potencia que son “Cut UP!” y “Kevin’s Car”.
Si bien Everything Everything ya eran a todas luces una banda consolidada hace tiempo en base a discos tan solventes como el debut ‘Man Alive’ (Geffen, 10), ‘Get To Heaven’ (RCA, 15), ‘A Fever Dream’ (Big Picnic, 17) o el más reciente ‘RE-ANIMATOR’ (AWAL, 20), con la presente obra dan un evidente paso al frente. Los británicos afrontan niveles adicionales de trascendencia, desmarcándose de compañeros generacionales gracias a un disco de envergadura y poseedor de un número poco habitual de dianas como es ‘Glowing In The Dark’ (Because Music, 21). Un trabajo en el que sumergirse una y otra vez para gozar con su verticalidad, pero también con esa riqueza sonora que sus artífices han tenido a bien apilar en una pista tras otra en pos del resultado global.
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