Fuse
DiscosEverything But The Girl

Fuse

9 / 10
Carlos Pérez de Ziriza — 21-04-2023
Empresa — Buzzin’ Fly Records / Virgin
Género — Pop

Le dije a Ben Watt que entendía que no volvieran nunca. Que 25 años transitando del indie primerizo al pop electrónico, pasando por la bossa nova, el pop orquestal, los efluvios jazzies y el drum’n’bass, entre algunas cosas más, ya suponía cerrar todo un círculo. Me dijo que lo comprendía. Es más: que era la primera persona que le insinuaba a las claras que su vuelta no era necesaria. Y que ya estaba cansado de que le pidieran que volviera a grabar con Tracey Thorn. Fue en una entrevista, hace tres años. Me perdonaréis el aparente egotrip, porque han pasado 36 meses y creo que ahora mismo ya podemos decir que tanto él como (sobre todo) yo, estábamos más que equivocados. El tiempo nos desdice, nos sorprende, nos descoloca. Nos deja en fuera de juego. Y yo lo celebro. Ya sea porque la puñetera pandemia nos hizo recalibrar nuestras prioridades a todos, ya sea porque las cosas se ven distintas cuando rebasas los sesenta años y piensas que no te queda tanto tiempo por delante, ya sea porque sus retoños hace tiempo que dejaron atrás la adolescencia y vuelan libres: Everything But The Girl están aquí de nuevo. Y lo único que me impulsa a no cascarle un diez a este disco y dejarlo (solo) en un nueve es que considero recomendable que pasen los meses para tener mejor perspectiva. Porque ahora mismo no resulta fácil advertir en él ni un nanosegundo de desecho.

Podría pensarse que los EBTG de 2023 lo retoman justo donde lo dejaron en 1999. Pero tampoco es exactamente así. Están más cerca de lo que acostumbraba últimamente Tracey Thorn, cierto, porque Ben Watt, pese a ser el primero en zambullirse en la escena de clubs (regentó el suyo propio, Lazy Dog), hacía tiempo que había vuelto a las brumas folk rock y a los devaneos jazzies y pseudo progresivos que lo sedujeron cuando era un adolescente. Pero en lo que llevamos de siglo XXI hay toda una escuela de pop electrónico que combina melancolía y euforia, abatimiento y cierto anhelo de esperanza mientras quema suela en la pista de baile. Corazones rotos con caderas cimbreantes. Y hubiera sido una lástima que nuestra pareja favorita no hubiera vuelto para reclamar su paternidad sobre tal inagotable saga de sad bangers. Si alguna vez te preguntas por qué es lícito y hasta recomendable bailar con lágrimas en los ojos, no dejes de escuchar este disco. En él está todo.

A diferencia de otros retornos recientes cuyos avances están por encima del resto de pistas (pienso en lo último de Depeche Mode, un notable global frente al sobresaliente indiscutible que fue “Ghosts Again”), aquí las tres primeras canciones ya las conocíamos pero no son necesariamente mejores que las otras siete. Las bailables “Caution To The Wind” y “Nothing Left To Lose”, así como el soul electrónico de “Run a Red Light”, ya nos avisaron de que la garganta de Tracey sonaba más ajada por el tiempo. Con un plus de madurez. Pero también nos alertaba de una actualización de su sonido. Ya no te queda ninguna duda cuando escuchas “When You Mess Up”, magnífica torch song en la que su voz suena desfigurada (un autotune, un vocoder, lo que sea), pero vuelve a convencerte de que sería capaz de leerte la lista de la compra que ha escrito para acudir a su Tesco más cercano y te haría llorar. Son los Everything But The Girl de siempre, pero son también unos que solo pueden sonar exactamente así en pleno siglo XXI. Se nota que no han desactivado su radar en todo ese tiempo. Que no han dejado de escuchar (nueva) música.

“Time and Time Again” y “No One Knows We’re Dancing” son dos magníficos medios tiempos; “Lost” es una burbuja íntima que recuerda a la mejor Björk de los tiempos de "Vespertine" (2002), “Forever” es una fantástica pieza de pop electrónico bailable; “Interior Space” es una escalofriante balada al piano que remite a sus mejores lamentos crepusculares para almas en pena y la extraordinariamente melancólica “Karaoke” pone cierre a estos 35 minutos como si nos advirtiera de que no habrá más giras juntos. Este es un retorno sensacional. Lo mires por donde lo mires.

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