Every Acre
DiscosH. C. Mcentire

Every Acre

8 / 10
Don Disturbios — 31-01-2023
Empresa — Merge Records
Género — Alt-Country / Americana

Este es el tercer trabajo que reseñamos de H.C. McEntire en Mondo Sonoro. Tres de tres. Un pleno que no logramos realizar con todos los artistas. Pero ¿qué tiene la música de esta mujer que nos llama tanto la atención? Pureza y magia. Un timbre de voz cristalino y una delicadeza que no está al alcance de cualquiera. Pero algo sucede con H.C. McEntire que no es capaz de alcanzar las cotas de popularidad que merece. Puede que vivir alejada de los focos mediáticos de una gran ciudad como por ejemplo Los Angeles, sin formar parte de la extensa comunidad de cantautores folk-rock que alberga, tenga mucho que ver con ello. Sin embargo, no es menos cierto que es ese aislamiento campestre y rural en Carolina del Norte lo que nutre y da vida a sus canciones. Ese entorno en el que cada acre del título del disco la inspira en un proceso de observación detallada que va de fuera a dentro. Del espacio que la rodea al análisis de sus emociones, la soledad y la depresión. Todo ello es el caldo de cultivo perfecto para que las tonadas de inspiración country-folk surjan a borbotones de su guitarra para conformar un universo de belleza inusual, sustentado en nueve canciones de esas que te acarician el alma. Temas en los que se acompaña de una fiel banda en la que  destaca el guitarrista Luke Norton, alumno aventajado del estilo de Nels Cline de Wilco como demuestran sus intervenciones en temas como “Turpentine”, “Big Love” o en el puente psicodélico de “Rows Of Clover”. Y es que si eres de los que piensas que el Cruel Country de los de Chicago es un gran álbum, no puedes perderte por nada del mundo este “Every Acre”.

H.C. McEntire ha logrado en su tercer álbum juntar nueve composiciones muy sólidas que hacen de este su disco más compacto y homogéneo. El más inspirado. Solo hay que dejarse llevar por la melodía de “Soft Crook” con ese demoledor estribillo que denota el amor incondicional de la autora por la música de Neil Young, para darse cuenta de ello. Pero hay más. El inicio delicado con “New View”, las colaboraciones de S.G. Goodman y Amy Ray de Indigo Girls en “Shadows” y la emocionante “Turpentine” respectivamente. La dulce balada de corte espiritual titulada “Dovetail” que maravillaría a Emmylou Harris y Linda Ronstadt. El delicado minimalismo de “Wild for the King” que pone la voz de nuestra protagonista en primer plano o el redondo cierre de una tierna “Gospel Of a Certain Kind” que nos adormece con dulzura.

En definitiva, un disco que engrandece el americana con un nuevo ladrillo que fortalece el estilo aunque, por su excesivo clasicismo, no lo revitaliza y sacude como sí hacen Big Thief o las tres integrantes de Boygenius por poner dos ejemplos. Puede que esa sea el siguiente paso a seguir por McEntire si quiere que el foco de lo mediático la alumbre de una puñetera vez.

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