Se les ha ido la mano, y de qué forma. Los escoceses se marcharon a grabar su segundo disco a Los Angeles con Flood (U2, Smashing Pumpkins, Depeche Mode) a los mandos, y el resultado da la talla de todo lo que ocurre cuando una banda trata de multiplicar su audiencia potencial por la vía del atajo. “Euphoric Heartbreak” es un disco aplastantemente hinchado con clembuterol, cifrado aquí en una producción tan bombástica y densa como vacía. Vacía porque no hay mucho donde rascar. Tristemente, han jugado a ser U2 (porque mentar a Echo & The Bunnymen es de risa) para quedare más cerca de The Killers . Apenas “Shine Like Stars” puede ser resultona, porque lo del resto de este sobreproducido artefacto no tiene nombre. Grandilocuencia vacua y un exceso de pompa. Una sobredosis de atmósferas pretenciosamente densas, que apenas dejan respirar unas canciones que, de cualquier forma, tampoco se hubieran sostenido despojadas de tanto oropel. Un patinazo de aúpa, vamos.
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