Eternal Reverie

La vida alrededor de la angelina Jennifer Lee, TOKiMONSTA, es como poco abrumadora. A la altura de un talento artístico inquieto e innegable. Y en fin, su mala racha con las desgracias, algo de lo que tampoco se quiere esconder. Multitud de pérdidas personales -sin ir más lejos, hace pocos meses perdió a su mejor amiga Regina, motivo por el que este lanzamiento se retrasó, ya que estuvo apartada de todo para centrarse en estar junto a ella y cuidarla- e incluso padece una extrañísima patología cerebrovascular: moyamoya.

Nada de todo este vacío y crueldad han logrado parar una brillante carrera. Una donde mastodontes como Flying Lotus -cuando el EP “Creature Dreams”- han visto en ella un ejemplo de lucha y evolución. Al poco de adentrarnos en el nuevo álbum “Eternal Reverie”, vamos a seguir percibiendo su singular reflexión hacia los sonidos yuxtapuestos. Y a la cabeza me viene aquel tema suyo “Bright Shadows” de 2011. Todo una declaración de intenciones en título y maneras. Sea como sea, el nuevo largo trasciende por ser un potente y bello alegato donde personalidades a priori dispares como el hip hop abstracto, la samba, el R&B o el house de aires discotequeros se encuentran y acaban dándose la mano.

Ella misma lo comentaba hace tiempo en una entrevista “quiero que todos mis álbumes sean como una novela, donde cada canción sea como un capítulo en sí mismo”. Trabajos donde existan subidas, conflictos e incluso resoluciones. En “Eternal Reverie” se masca un tributazo como la copa de un pino de TOKi hacia su amiga. Y no lo hace con lágrimas en los ojos, al revés, celebra la vida, la suerte de haberla conocido con canciones animosas y ultra-bailables como “Corazón / Death by Disco, Pt. 2”, “Switch It”, “Feel It” o por supuesto “Enjoy Your Life”. El patrón de todos estos envites es el house pegadizo. Unas veces volcado en lo funk, otras en el deep e incluso sin hacerle ascos a salpicones de rap. Se abraza la alegría a través de la emoción y la energía.

No nos engañemos tampoco, el marcador no siempre estará picando el rojo. Incursiones de electrónica rítmica pero muchísimo más prudente también poseen su espacio en el LP. Destacan por ejemplo “All In” (con AMAKA) o “For You” (con Kaelin Ellis). El octanaje de tanta gasolina se rebaja con agua fresca. Es más como un tonificante poco agresivo pero igual de confiado y por supuesto terapéutico. No me olvido de “Lucky You” que resuena en la cabeza como si me hubiese acompañado desde adolescente. Una extensión de alguna que otra obra creada años atrás por artistas de la talla de Ursula Rucker o Ce Ce Peniston.

Sin embargo, debo reconocer que siento una mayor debilidad por la TOKiMONSTA que trastea con los tempos ‘embajonados’ y de aspecto negroide. Abundan poco esta vez, aunque así sucede con “On Sum” donde para colmo no camina sola, ya que participan su buen amigo Anderson .Paak y Rae Khalil. Una declaración de amor a ritmo de Neo Soul. Y qué decir de “Sci Fi”, junto a Mez, cuya cadencia y versos me tienen delirando. Soul-Funk y jazz contemporáneo vívido y sentido.

En medio de todo esto, una guinda que reconozco me sorprendió por su enfoque: “Say Tell Me”. Una pieza instrumental -aunque contiene algunos coros que se funden muy bien con otras capas- que está tratada en dos secciones que, aunque diferentes, acaban describiendo muy bien una de las mejores canciones del disco. Soulful, como digo instrumental, a un compás hueco, diría que hasta descansado… que en el tramo final se transforma en una delirante puesta en escena de sintes melódicos y arpegios refinados pero afilados. Tiene gancho. Al comenzar esta reseña jamás hubiese imagino que lo iba a mencionar aquí, pero como diría Joaquín Sabina en una de sus letras, “quema como el gas azul de los mecheros”.

Igual no será su mejor álbum hasta la fecha (en mi cocorota aún mantienen mucho peso lanzamientos como “Boom” de 2012 o “Creature Dreams” de 2011), pero sin duda es un notable canto a la vida, a la amistad y a conectarnos a todos con buenas vibras y como no, buena música.