Al paso que va, Tom Zé está haciendo méritos por convertirse en el culo más inquieto de las cenizas de Tropicalia: con un Gilberto Gil más preocupado por la política que por seguir haciendo buena música y un Caetano Veloso que se conforma con exhibir su voz aterciopelada, las investigaciones sonoras de Zé –que desde que fichó por el sello de David Byrne puede publicar más regularmente– tienen en la opereta inacabada “Estudando O Pagode” su último capítulo –muy recomendable, por cierto.
Con un argumento dramático que trata de la tanto de la segregación racial como de género, Zé nos ofrece un recorrido por la misoginia –siempre injustificada– de la mano del personaje al cual pone voz, Maneco Tatit, donde podemos encontrarnos desde burros (“Estúpido rapaz”) hasta coros inspirados en Ibsen que narran revueltas femeninas (“Cançao de Nora–Casa de Bonetas”) pasando por discusiones en el Edén (“Duas Opinioes”) y una desfilada gay-lésbica a las puertas del Vaticano (“Elaeu”). A lo largo de los dieciséis temas que lo integran, “Estudando O Pagode” se convierte en un festival que mezcla la samba con electrónica e incluso cha-cha-chá. En resumen: un gran disco de música pop pese a enmascararlo bajo la forma de la opereta.
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