No necesitan
más y nadie se lo pide. Aunque en “Metas volantes” aparezca un sintetizador,
aunque en “Este invierno va a ser largo” se cuele un teclado, F.A.N.T.A sigue
fiel a su chicle-punk revolucionado, agresivo de guitarras, melódico de voces
con estribillos pegadizos, recurrente y simplista en estructuras y letras, de
sonido más pulcro que nunca. En los dieciocho temas, perfectamente enlazados
para que se escuche en un periquete, del ya noveno trabajo de los colomenses,
sigue palpitando el espíritu revisionista de los Ramones, del horror-punk y
algunas derivaciones pop. Pocas bandas –Airbag, parientes más cercanos, y poco
más- se mantienen en liza con tanta firmeza como F.A.N.T.A con esa apuesta por
dar continuidad y actualizar el sonido que introdujeron Los Nikis en este
país. Homenaje a los filmes de terror (“Hay un hombre lobo en la ciudad condal
(…) se come a sus víctimas en la mar bella” reza “Hombre lobo en la
Barceloneta”), parodia voluntaria o no al “Pegado a ti” de Los Planetas (“No
soporto estar pegado a ti”, le canta un siamés a otro) y mucha nostalgia de los
veranos pasionales y los amores sencillos son algunos de los ingredientes de
las entrañables letras del trío catalán. “Tú y yo paseando por toda la
orilla/no pensamos que se acabaría/ Este sueño de color/Fue un verano de amor”,
cantan en la última pista, un regalo sorpresa de lo menos punk, con obvio guiño
a The Beach Boys entre sonidos de gaviotas y olas, uuuuhs y parapapas. Un
placer.
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