Las plumas, el rimmel y la parafernalia operística estaban predestinados a pasar a mejor vida. Los que en su momento fueron estandartes de aquel hype llamado electroclash, sabiamente, eran conscientes de que la gallina de los huevos de oro acabaría autodestruyéndose.
Vamos, lo de siempre: renovarse o morir. Si en “Odyssey” ya empezaron a darnos alguna pista de por dónde iban a ir los tiros, en “Entertainment” se reafirman como un dúo que mama vilmente del synth pop más delicado. Supongo que el mismísimo Dave Gahan (salvando las distancias) debe entonar “Door Train Home” en su tiempo libre, y no es para menos. Teniendo en cuenta que el Ep “The Best Revenge” pasó hace unos meses sin pena ni gloria, el batacazo se avecinaba mortal. Todos nos equivocamos alguna vez, incluso un servidor. Aunque los ramalazos de rock star que afloraban en su anterior álbum gracias a Dios han pasado a un segundo plano, temas como “Supply & Demand” o ese broche final llamado “To The Moon” nos redescubren a un grupo que parece que empieza a tomarse en serio lo que hace. Y eso sin necesidad de volver a “Emerge”, lo cual se agradece de buen grado.
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