Ha sido necesaria su muerte para que, por lo menos más allá de su país de origen, se le hayan reconocido los méritos a Warren Zevon. Una paradoja habitual, sobre todo cuando hablamos de músicos o de artistas en general. Aunque no fue un artista tan conocido como cabría esperar, pese a contar con muchos fans declarados entre sus compañeros de profesión, su fallecimiento tuvo una destacada repercusión mediática por dos hechos.
El primero, la forma en la que encajó su enfermedad para dar forma a una maravillosa obra póstuma (“The Wind”) y, segundo, porque nos abandonó con sus señas de identidad (el humor y un sarcasmo a prueba de bombas) intactas. Ahora nos llega este homenaje sobrado en grandes estrellas estadounidenses: desde ilustres como Steve Earle, Bruce Springsteen o Bob Dylan, hasta nombre más que respetables como Jackson Browne y Bonnie Raitt (que protagonizan un espléndido dueto en “Poor Poor Pitful Me”) o Ry Cooder y David Lindley (que también unen fuerzas en “Monkey Wash Donkey Rise”). En cuanto a las sorpresas, destaca la presencia de Jilly Sobule (que borda “Don´t Let Us Get Sick”), Pixies y Adam Sandler y Billy Bob Thornton, quienes le ponen el picante adicional a tan sabrosa mezcla de sabores. Un divertido tributo a la altura del homenajeado.
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